Terapia
Una vez oí que nada es posible si no lo intentas. Existen muchas formas de conocerte por dentro, de vaciar tu alma de malos pensamientos o simplemente abandonarte al mundo.
Yo descubrí, y sigo descubriéndolo, a través de las palabras. En mi juventud, la poesía cautivó mi corazón engañado por las trampas sutiles del amor. Fue con ella donde hallé un universo distinto. Sin miedo a nada entre las palabras pensadas, meditadas o simplemente vomitadas por el alma, sentí el aliento de una forma de captar un yo diferente.
Llamadme loco, pero escribir para mí es dar con mi Hyde. Ser atrevido, feroz y apasionado. Delante de un papel o un teclado, mis temores de la vida cotidiana desaparecen.
Por eso desde aquí y humildemente os recomiendo esta terapia. Escribid, sin pensar. Poesía, una historia, un relato, sentimientos o simplemente lo primero que se os ocurra. Dejad que vuestro subconsciente saque toda las impurezas de vuestra alma. A través de las palabras purificaréis vuestros sentimientos y vuestro corazón.
Recordad: nadie nace sabiendo, todos somos iguales.
Óscar Lamela Méndez