Y como existe….
Hoy es el principio del fin. Hoy comienza realmente algo que lleva más de un año por las redes y que por desdén he dejado en el armario internauta. Creo que no hay mejor manera de empezar esta nueva andadura por mi página web, que mostrándoos lo que dio de si para mi un viaje inolvidable junto a mi pareja a el lugar donde comienza mi segunda novela. «Los pasos del fin».
Ella, la mujer que me acompañará el resto de mi vida me hizo una pregunta muy buena de camino hacia Teruel: ¿por qué esta ciudad? Tuve que ser sincero, no fue mi primera opción, pero según me fui documentando sobre lo que iba a escribir sobre los fenicios, paso a paso entre simbologías y demás rebusqué en la historia de España y me encontré con algo que me convenció en cuanto lo vi: El «Torico» de Teruel . En octubre sabréis a lo que me refiero.
En mi primera novela, me emocioné al pasear por los lugares donde parte de la trama transcurría, pero Madrid es la ciudad donde vivo y las sensaciones no han sido las mismas al pisar tierras turolenses. Las calles, los lugares y el ambiente en vivo de una ciudad que solo vi por fotos o por el tan socorrido Google Map, me han hecho sentir humildemente como un escritor que se documenta a pie de calle sobre los lugares de los que va a escribir. He de decir que gracias también a esta visita, he tenido la oportunidad de darme cuenta de varios errores que debo subsanar y pulir en lo que se refiere al marco escenográfico de ciertas escenas de la novela y eso es algo que voy a saborear en próximas semanas. Este por ejemplo es un lugar de ellos, pronto sabréis el por qué:
Estudiar cada rincón de una ciudad que ya parecía que conocía de toda la vida ha sido aveces hasta cómico. Cierto es que en mi novela he dejado cosas por destacar, pero que seguro que con la ayuda de esta travesía y la de la editorial Diversidad Literaria, acoplaremos mejor cierto datos que son dignos de mencionar.
No quiero desvelaros mucho, pero si intentar mostraros a través del sentido de la vista, lo que por ejemplo disfruté con parte de la gastronomía de esta bella ciudad y la emoción juvenil que me propició el probar por ejemplo este plato tan típico de Teruel como exquisito, el Jarrete de cordero y por supuesto su delicioso jamón y su queso, sin olvidar el dulce más típico de allí como son los suspiros de los amantes:
A pies de la escalinata de los amantes me sentí como un niño con zapatos nuevos, viviendo los momentos en los que el protagonista de este nuevo sueño paseaba o incluso corría por los rincones de esta ciudad. La acabo de nombrar y no puedo dejarla pasar de largo, aquella escalinata es una obra maestra increíble y un bello homenaje a los trágicos amantes de Teruel.
Otro de los lugares más simbólicos de la ciudad aragonesa es la Plaza del torico. Un pequeño y curioso astado que tendrá un papel primordial en la vida de nuestro protagonista y que es santo y seña de los turolenses. Toda su magia e historia podréis conocerla entre las páginas de LOS PASOS DEL FIN. Como anécdota, os contaré que durante la visita al mausoleo de los amantes, la simpatiquísima chica que nos hizo de guía nos dijo que no nos daba permiso para salir de su ciudad sin hacer una de las cuatro cosas tradicionales del lugar. Solo os diré una: beber del agua de los cuatro toros que preceden al torico en su monumento con la persona amada, así sellaréis para siempre vuestro amor ¿Que creéis que hice yo?
El mausoleo de los amantes es una cita obligada, además de una cura de humildad para algún que otro inglés que pase por allí, porque historia de amor más bonita, real y jamás contada es y será la de Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla. Romeo y Julieta es ficción, no lo olvidéis. Ver sus cuerpos bajo aquellas esculturas de alabastro te llena de emoción y respeto. Esas dos manos que nunca llegan a tocarse, simbolizando aquel amor prohibido te calan el alma, por lo menos a alguien tan romántico como yo. El sello además de la majestuosa cúpula que les arropa es el reflejo de sus manos en el suelo, que parecen casi unidas un corazón…impactante.
En fin, en un par de días me sentí como cualquier escritor de renombre paseando por la ciudad donde va escribir, aunque en mi caso haya sido al contrario. La infinidad de imágenes, historia y vivencias se quedan en mi corazón para siempre. Algo de mi se ha quedado allí. Y os puedo asegurar que una experiencia así la volveré a repetir en lugares de mi primera y tercera novela…..algún día.
Hasta siempre Teruel, mi ciudad del amor…… LOS PASOS DEL FIN
Óscar Lamela Méndez