¿Tradición o evolución?
A día de hoy, esta página solo ha tratado de temas relacionados con literatura o viajes personales. Llegó el momento de mojarse y en este caso lo hago con el tema que tiene a nuestro país dividido. Tendré detractores y seguidores, pero mi opinión es tan válida como la de cualquiera y como tal mis razones expondré.
En estos tiempos en los que vivimos, está claro que en cierto modo el ser humano empieza poco a poco a menguar evolutivamente, estamos involucionando. Las tecnologías y todo lo que conlleva la mejora de la vida, está dejando de lado la parte humana que nos diferencia de los animales. ¿Es esa solo la diferencia?
Durante cinco años he convivido con un animal en mi vida, un perro que me ha enseñado que más allá del amor propio, existe el amor incondicional por los demás. En cierto modo son ellos los que llevan a rajatabla la palabra de aquel mesías del que tanto hablamos y polemizamos. Pensadlo durante un momento. Quizás me equivoque, pero la fidelidad de un animal no la vas a encontrar entre los que nos rodean.
Algunos dicen que hoy no se ha conseguido nada, otros que es una vergüenza el paso atrás dado por las autoridades de la comunidad de Castilla y León y yo os pregunto: ¿Estamos evolucionando o todo lo contrario?
Los pasos se dan uno detrás de otro y mucho más en los temas de la tradición popular que parece que rija los designios de nuestra piel de toro. Toro, un animal que solo sirve para que lo maten y se diviertan con su tortura…..¿eso es tradición? Pues nada, volvamos a la época romana y que salten los gladiadores a la arena para que nos divirtamos todos, o mejor aún, esclavicemos de nuevo a la raza de color y sintámonos superiores al resto del mundo.
¿En que cojones pensáis? Hoy se ha abierto el debate durante la comida en mi trabajo y os puedo asegurar que me he mordido la lengua por respeto y por no entrar al trapo con gente que solo ve más allá de sus narices. «Ya me gustaría a mi veros a los que no estáis de acuerdo con esta fiesta si estuvierais viviendo de la ganadería y del campo, a ver si ibas a celebrarlo igual» «El mundo taurino mueve mucho dinero, no se puede quitar así como así»; frases que me han sentado como tres patadas en los huevos, mientras en lo único que podía pensar en esos momentos era en los miles de toros de la Vega y los millones de muertos en el ruedo durante su su lidia. ¿No os habéis puesto nunca en la piel de ese animal que sabe que va a morir? Rodeado de vítores, de gente jaleando y pidiendo su vida. Mil veces preferiría que se extinguiera la raza de este astado que ver un charco de sangre más.
Aquí os dejo un pasodoble de uno de los autores del carnaval de mi tierra que más admiro y que define con toda claridad lo que mis pensamientos de esta tarde me enervaban. Comparsa LA VENTOLERA, «Acercate torito», autor Antonio Martinez Ares.
Para colmo de males y como siempre, los tradicionales se escudan en que tú comes carne de vaca, de pollo, de cerdo etc. Sí, la como, pero no de un animal que previamente se le ha torturado hasta la saciedad. Somos animales, que digo, ojalá fuéramos animales; quizás aprenderíamos de una vez lo que es ser humanos.
No hay lección en esta vida que no se aprenda a golpes. La vida te los da constantemente y no por ello debes dejar de perder lo que somos. Las tradiciones no deben perderse, jamás, pero no a costa de la vida de los demás. Me da igual que sea hombre o animal, todos a los ojos de Dios somos iguales….¿no es esa la idea? Aplicaros el cuento más de uno y de dos de los que vais de «españoles por el mundo». Antes de ser de un país hay que ser persona.
Generar corrientes de opinión no es más que otro método de evolucionar y respetar a los demás, la base primordial para ser un poco más humanos. Si perdemos nuestra capacidad de comprender lo que es el bien y el mal, no somos menos animales que cualquier toro de lidia. Ellos no son un juego, ellos no son una tradición, ellos simplemente son seres vivos como nosotros que seguramente lo único que quieran en esta vida es lo mismo que nosotros…..VIVIR.
Por ello, desde este humilde rincón quiero brindar por un primer paso que no será el último y porque definitivamente se acabe con esta barbarie y no se pueda jugar con la vida de un animal dentro o fuera de un ruedo. Sea el animal que sea.
Óscar Lamela Méndez