Reseña de «Loba negra» de Juan Gómez Jurado
Definitivamente, de mayor quiero ser una mezcla de Antonia Scott y Jon Gutierrez. Al finalizar Reina Roja, la primera novela , de lo que parece ser una saga muy exitosa por parte del autor, la única frase que me venía a la mente era: Quiero más. Sobre todo con el final, esos que tanto cuida el autor madrileño y nos suplica a todos no desvelar.
Es por ello, que cuando supe de la publicación de Loba Negra, no dudé en hacerme con un ejemplar y encima, dedicado por el autor con ese sello especial que puso en aquellos libros adquiridos a través de El corte inglés.
No os voy a engañar, esperaba ciertas cosas de esta novela, que no puedo decir y aunque no han quedado resueltas, aún, he disfrutado de ella como un enano. Ya lo puse en mis redes y como dije en su día en la reseña de Reina Roja, Antonia Scott es un personaje imposible de no amar, justamente como le pasa a su compañero vasco el «no gordo» Jon.
Con un empiece intenso, sobre la escena de un crimen en la capital, a los pies en el río Manzanares, la cosa prometía, pero de repente, el autor nos saca de golpe de allí y nos lleva a Málaga, en plena Costa del Sol. Antonia y Jon se involucran en un caso muy particular y rodeado de toda la sórdida magia que solo creemos que existe en las películas de Scorssese. Un red de mafiosos en particular y un objetivo por ambas partes: encontrar a una embarazada, mujer de un delincuente de altos vuelos asesinado en plena calle.
En una ciudad nueva, los dos protagonistas deberán ganarse la simpatía de la policía andaluza y colaborar conjuntamente. Mientras, Antonia debe luchar consigo misma, ardua tarea, y Jon lidiar con su compañera y el jefe de ambos, Mentor.
Y quizás os preguntareis, ¿por qué Loba Negra? ya que Reina Roja quedó clara en su día, pues porque la guinda del pastel la pone un nuevo personaje del que prefiero (y el autor me lo agradecerá) emitir su nombre e historia.
En resumen, un thriller de tomo y lomo, con personajes frescos, muy particulares y entrañables a los que te gustaría tener como amigos. Capítulos cortos, que amenizan la lectura y con una calidad literaria abrumadora. Juan Gómez Jurado sabe como camelarte. También quiero ser como él de mayor… anda coño si soy más viejo que él.
Mi conclusión es la siguiente: leo porque me gusta, compro libros porque me apasiona y me gasto el dinero con gusto sin son con libros como los de Juan Gómez Jurado. Si a día de hoy tenías tus dudas con este autor, yo te digo que salgas corriendo a tu librería y pilles los libros del «tío que tiene pasta», hazme y hazle caso.
Mi puntuación es de 8 sobre 10.