Reseña de «Frank Moon» de Iñigo Gibernau Murre
Quizás al final de esta epopeya de cómic pseudobíblico de ultratumba, todo tenga un sentido menos sobrenatural y más terrenal.
«Frank Moon» de Iñigo Gibernau Murre
Jamás había empezado una reseña con una cita sobre el libro del que os iba a hablar, pero es que cuando leí esta frase por la página 180 del segundo libro de Iñigo Gibernau Murre dedicado a su «Mundo Bizarres», acabó por completo con mi vocabulario para definir esta obra. No existe una mejor manera de definirla:»Espopeya de cómic pseudobíblico de ultratumba».
Este autor mallorquín, dueño de los cielos por su trabajo y señor de la palabra en la tierra cuya magia con ella es consabida por todos los que en su día tuvimos el privilegio de leer su ópera prima «Les Bizarres», sabéis de lo que hablo. Voy a ser muy directo, Iñigo es el amante perfecto de la lengua castellana. Me apasiona su forma de escribir; el tacto y el estilo tan elegante que tiene de definir y explicarnos las situaciones por las que pasan sus personajes me recuerdan, extrapolando al fútbol, a la clase que destilaba en el campo de fútbol Zinedine Zidane. Para colmo en este segundo libro he notado a un autor más completo, más seguro. Dotando a esta historia de unos aderezos perfectos para entretenernos y sacarnos unas risas con momentos, sobre todo con personajes, inolvidables. Personalmente me quedo con uno de los secundarios que ahora os comentaré.
Como os iba diciendo, para colmo, Iñigo ha introducido elementos muy frescos para los de nuestra generación con referencia bestiales y divertidas de la cultura pop de las mejores décadas del pasado siglo XX y frases que conocemos pero que el roba con una precisión sutil.
«Nada nuevo bajo el arcoiris»
Frase por excelencia de Fran Moon.
Volvemos a Nueva Orleans, en pleno carnaval. La ciudad preferida de Iñigo y donde el ha creado este «Mundo Bizarres» que hace pocos días convirtió en marca registrada y que desde aquí le doy mi enhorabuena. Frank Moon es un hombre solitario, triste, sin familia ni nadie que le espere en casa. Un buen día su amigo Zang le regala un billete de avión para que se olvide de todo durante un tiempo en la ciudad del jazz, Nueva Orleans. Un hotel glamouroso el The Belle Ville, será el comienzo de una aventura oscura donde el destino le tendrá reservado un juego mortal entre la vida y la muerte; donde la magia negra que rodea esta famosa ciudad de Lousiana y el engaño de dos féminas «especiales», lo conducirán por un mundo oculto a los humanos que poco a poco irá descubriendo con la sabiduría y el desparpajo de unos personajes secundarios que llenan la trama de un tétrico y suculento libertinaje de experiencias a cual más rara.
Un hombre solitario y cobarde, termina rodeado de una jauría de alocados personajes, tan variopintos como entrañables. Yo lo siento, pero me quedo con el puto chino Johnny, dueño de un hotelucho llamado Princesa China y que sus diálogos son divertidisimo. Menudo cabrón. Otros como Maximilien Petit, Moira, Mordoque, Emily o las dos brujas que se la lían al pobre «Clandestino» (Frank Moon), que ya sabréis porque lo llaman así, Savannah y Astryd son el complemento ideal para un viaje durante 267 páginas muy entretenidas.
Si debo poner una pega, sería al final. Esperaba otra cosa, pero no desluce las vivencias, aventuras y desdichas de un personaje muy especial y lleno de muchos matices con los que alguna vez, cada uno de nosotros, nos hemos podido sentir identificados.
No voy a desmerecer la primera obra de este autor pero a mi especialmente, esta segunda trama me ha gustado más. Soy muy fan de los mundos fantásticos creados desde la oscuridad y la magia real como la que nos plantea Iñigo a orillas del Misisipi. Espero con ansias su tercera incursión en el «Mundo Bizarres» y por supuesto os recomiendo este libro sí o sí. Enhorabuena, amigo.
Mi puntuación es 7’5 sobre 10.