Reseña de «Invisible» de Eloy Moreno
Sin duda, hoy me enfrento a un reto y no creo que lo consiga superar. Intentar reseñar lo que para mi es una obra maestra es una odisea. Jamás, en todos mis años de lectura un autor o autora habían hecho que mi corazón se encogiera y necesitara respirar con tanta necesidad por culpa de un mar de lágrimas de emoción. Sí, «Invisible» de Eloy Moreno me ha hecho llorar y sufrir mucho.
Soy padre de una mujercita de 18 años, otra de 4 años y un niño recién nacido. Leer este libro supone un reto lleno en cierto modo de pavor al, no solo ponerse en la piel del protagonista de esta historia, sino al imaginar que tu hijo puede ser parte de ese viaje de terror en el que se ve involucrado este chico.
Todo comienza con un simple NO. En la típica escena en la que el abuson de la clase pone entre la espada y la pared a un joven de un instituto cualquiera, de cualquier ciudad o país. Aquí la localización es lo de menos, pues esta historia es universal y este libro es, no solo de obligatoria lectura en todos los colegios del mundo, sino en todos los hogares de la madre tierra.
Siempre he defendido a capa y espada que el carácter y lo volares de un niño son cosa de los padres. Sin olvidar, claro está, la guía que debe ofrecer un profesorado durante el viaje que deben hacer los jóvenes hacia el conocimiento.
Hay muchas razones por las que uno puede desear ser invisible, pero ninguna debe ser para desaparecer y no sentir el dolor, el miedo, el acoso y la furia de otro ser que, sobre todo, se siente inferior al ser que ataca. Yo os pueso confesar que he padecido esa sensación y no por mi condición sexual, económica o privilegiada, sinceramente a día de hoy no sé porque fue.
En esta novela sencilla, bañada en sensibilidad y llena de lecciones, te hace ver (en mi caso como padre) la necesidad que tenemos de estar más pendientes de nuestros hijos, pues no me quiero imaginar el hecho de no ver a tiempo los problemas por los que puedan llegar a pasar mis hijos. Y en el caso de los niños, una forma de ver a través de otros ojos, lo que es sentirse tan pequeño e insignificante que quieras desaparecer y no saber en realidad el motivo.
Evidentemente, los personajes de esta novela son increíbles, cada uno en su contexto. Yo, me tomaré la libertad de elegir a uno en especial, la profesora de literatura. Ella y su dragón son una genialidad metafórica del autor que nos hace ver como los golpes enseñan, pero también sirven para ayudar al prójimo. Y por supuesto, me quedo con la relación del protagonista con su hermana pequeña, que se te clava hasta lo más profundo del alma.
No me quiero ni imaginar la satisfacción que ha supuesto para Eloy Moreno los miles de mensajes que ha recibido por parte de niños y niñas con esos problemas escolares, o casos como el mío como padre.
No sé que más os puedo decir para suplicaros, no pediros, que compréis este libro y os obliguéis, tanto a vosotros mismo como a los vuestros a leer esta maravillosa novela, aunque yo la catalogaría como lección de vida.
Por mi parte, darle una y mil millones de gracias al autor por esta… no sé ni como catalogar este libro sin caer en la redundancia, de verdad. No dudéis de que obligaré a mis hijos a leerla. Como le dije por Instagram, aquí tiene a un nuevo seguidor incondicional de sus obras y me haré poco a poco con todas sus obras.
Os dejo mis impresiones a flor de piel también en mi canal de YouTube:
Mi puntuación es de 10 sobre 10 y no me tiembla el pulso.