Reseña de «Yo, Julia» de Santiago Posteguillo
De un tiempo a esta parte y después de lo ocurrido en la última edición de los Premios Planeta de 2021, la polémica ha servido para que este galardón se ponga en entre dicho. Todos sabemos las opiniones que se tienen en contra de él, no voy a ser yo el que las recuerde en este artículo. Sin embargo, considero que hay ciertas ocasiones en las que el premio es más que merecido y esta creo, en mi humilde opinión, que es una de ellas.
No hablamos solo de un libro histórico, no hablamos solo de un autor consagrado. Hablamos del mejor historiador de Roma en habla hispana. Debo confesar que esta es la primera novela que leo del escritor y profesor valenciano, Santiago Posteguillo. Lo sé, no tengo perdón de Dios, pero uno siempre puede redimirse.
Compré esta novela en la última Feria del libro de Madrid, dedicada por el autor… ya conocéis mi mitomanía particular y me sorprendió su timidez. y. sencillez.
Hace muchos años, la mujer de un querido amigo, me recomendo su primera trilogía, Africanus. La apunte en mi «cuaderno de bitácora» de lecturas, pero sinceramente, la dejé de lado. Tras cerrar este libro, ganador del premio Planeta de 2018, me doy cuenta de lo que me he perdido.
“Yo, Julia» nos cuenta una de las épocas mas convulsas del Imperio romano. A través de los diarios de un ambicioso médico griego, conocemos a uno de los personajes más espectaculares, Julia Domna. De origen sirio y esposa de Septimio Severo, uno de los gobernadores mas poderosos de Roma, encargado de una de las zonas conquistadas en Europa, Panonia superior. Cómodo es por entonces el emperador, un ser vil y psicótico que hace lo que quiere con todos los que le rodean, incluyendo la reclusión en la capital de todas las consortes de los comandantes para asegurar su mandato.
El caso es que tras la rebelión de la guardia real y el asesinato de dicho dictador, Roma empieza a vivir una desestabilizacion brutal en la que los más poderosos tratan por hacerse con el sillón y la túnica púrpura.
Galeno, el médico del que os hablaba antes, nos cuenta como conoció a Julia y la sensación que dejó en su viejo corazón, no solo por su belleza, sino por su astucia, su habilidad para manipular a los hombres y conseguir sus objetivos a toda costa, que no son otros que convertirse en emperatriz junto al hombre que ama. Pues esa es la clave principal de toda esta historia, la fuerza y el poder que da el amor, el amor incondicional de un hombre que daría su vida por complacer a su mujer y al que ella corresponde con todo su corazón, a pesar de sus ambiciosos objetivos.
En esta historia, los emperadores, senadores y gobernadores aspirantes al trono, van cayendo como fichas de dominó en un corto espacio de tiempo. Algunos bajo las influencias de nuestra hermosa y fuerte protagonista y otros por la debilidad y poca astucia de los implicados. Una lucha increíble que no solo se describe con maestría en los campos de batalla, sino también en los pasillos y domos de cada familia implicada.
Hablar de la documentación de esta novela es irrisorio, pues con solo leer la entradilla del prólogo de Galeno, ya estás en Roma. Los lugares, la ambientación, las características de la época, las costumbres, la política y la minuciosa descripción del aspecto y vestimentas de los personajes es abrumadora. Un lenguaje acorde con el tiempo que se nos muestra y con todo ese aura hipnótico que siempre nos ha maravillado a los amantes de una de las civilizaciones más innovadora e importante de todos los tiempos.
Decir que Julia Domna era una adelantada a su tiempo es una memez, pues las mujeres siempre han sido el ser más inteligente sobre la tierra y no precisamente por su poder sexual. Fría y a la vez pasional, calculadora, inteligente, audaz y con la dosis justa de manipulación, este perosonaje me ha dejado a veces sin habla. Su meta, su propósito en la vida no se lo prometieron solo los dioses, ella estaba convencida de que nació no solo para ser reina, sino para dejar huella en la historia com una dinastía fuerte y respetada.
El resto de personajes, quedan muy a su sombra. Considero que Severo era un valiente soldado, gran estratega y mejor militar, pero aunque fuera el amor de su vida, para Julia era la pieza fundamental para completar su puzle. Así, como él, y en en menor medida, el resto de secundarios: sus hijos, su hermana, su cuñado, los seguidores y mandos de Severo y por supuesto, sus enemigos o enemiga, la asquerosa Salinátrix… ya la conoceréis.
Debo confesar, que a pesar de que evidentemente, es un libro histórico y cuenta el proceso en la guerra y lucha por parte de este matrimonio hasta llegar al poder, en ciertas ocasiones me ha resultado algo repetitivo. Como cuando juegas a un juego en una videoconsola y los objetivos no cambian. Solo hubo algo que se salió un poco de la historia y que me pareció una trama muy bonita, la relación ente dos esclavos ficticios Calidio y Lucia.
En un total de 698 páginas en las que hay incluidas apéndices con mapas del Imperio, árbol genealógico de los protagonistas, planos de batallas, bibliografía y glosarios de términos lingüísticos de la época; su lectura me ha llevado casi un mes, pero era de esperar. Este tipo de libros son más concienzudos de leer y su degustación más pausada para entender todos los entresijos de una civilización donde la sangre brotaba a la mínima ocasión con tal de llegar al poder.
Quedo a la espera de leer el desenlace, la segunda parte de esta mujer, titulada «Y Julia retó a los dioses» y de la cual me han hablado también muy bien. Es curioso, pues por fin leo a este autor y hace una semana me acabo de enterar de que pronto sacará nuevo libraco. Esta vez sobre el mítico Julio César, donde conoceremos sus inicios, incluso de abogado. Otro más que añadir a la lista.
En fin, un Premio Planeta a la altura y muy recomendable si te apasiona la historia de este ser humano que tanto nos da, para lo bueno y lo malo.
Mi puntuación es de 8’5 sobre 10.