Reseña de «La llave de los misterios» de Jesús Relinque
Conocí la historia de este libro y su segunda parte gracias a los podcast de mi adorado Santiago Camacho y su «Días extraños». La realidad es que soy un lector poco asiduo de la literatura juvenil, pero si mezclamos dos de mis pasiones, es lógico que caiga sin remedio en las redes de este autor: los misterios y Cádiz, mi ciudad y su ciudad natal.
Siempre es un placer leer, divulgar y sobre todo disfrutar de las historias de un paisano y Jesús Relinque lo ha conseguido en esta ocasión. Si mezclamos en una sartén de papel unos trocitos que evoquen a ese grupo de «Perdedores» de It, lo salpimentamos con un poco de los Goonies, damos con una fórmula muy divertida sobre las calles y los cimientos de la ciudad trimilenaria más bonita del mundo.
Juan, el protagonista de esta historia, es un chico aventurero, amante de los misterios y la lectura. El azar y su relación tan estrecha con su abuelo, lo llevan a vivir una de las aventuras más inolvidables de su vida y al lado de sus «Pringaos». El grupo típico de niños menos populares y maltratados por el chulito de la clase y sus secuaces.
Cada uno de los personajes tiene sus pequeños detalles a cual más jocoso y característico como El Ruiseñor o el Fosquitos. A través de un misterioso libro encontrado por Juan en una librería antigua y escrito por un misterio autor llamado Artesón Cuero, los chicos se adentran en tres historias muy conocidas por los gaditanos que amamos el mundo de lo inexplicable o curioso y se enfrentan a peligros de todo tipo: La casa del pirata, la casa de los espejos y las cuevas de Maria Mocos. Sorpresas, aventuras trepidantes y secretos que se verán envueltos por toda la magia que esconde La tacita de plata, que por supuesto debo destacar, como gaditano que soy. Escenarios que me han llevado a mi infancia, muy bien descritos y con ese habla de Cádiz que tanto amamos y que por supuesto, el autor deja al final del libro en un glosario para que los que no son de este rincón, sepan lo que significa.
Como anécdota personal, os debo contar que yo estuve en uno de esos túneles de las cuevas de María Mocos. Un grupo de colegaa nos adentramos en una de sus antiguas entradas a la altura de Renfe y quisimos imitar a Juan y sus Pringados, pero al llegar a un cruce y tras la advertencia de uno de nosotros, el gracioso de turno no hizo caso a lo dicho y alumbró a la pared que teníamos de frente. Jamás supe de que color era esa pared, pues estaba llena de cucarachas de una cuarta de grandes y encima voladoras… salimos pintando del asco y no volvimos a entrar. Me quedé con las ganas de seguir por esos caminos y encontrarme con Maria Mocos como Juan y los suyos.
Es imposible obviar un detalle super chulo y original que no había visto jamás en un libro, y es que en algunas partes del libro, el autor nos deja unas notas a pie se página muy originales, pues son QR que nos llevan directamente a vídeos o escenarios que se describen durante la ambientación de esos años 80 y 90 que tanto amamos los de nuestra generación.
Personalmente me quedo con un personaje que no os voy a revelar y que es clave para que Juan y los suyos encuentren sentido a sus vidas, pero sobre todo a otras cosas más bonitas…
En una semana ha caído y por supuesto, voy a dejarme atrapar de nuevo por la telaraña de su segunda parte «La ciudad oscura».
Como nota negativa, debo decir que esta segunda parte la conseguí en Amazon en mal estado y desgraciadamente era la única copia, ya que ni siquiera en la página web de la editorial que lo ha editado Cazadores de ratas, estaba disponible. Aún así, lo compré porque no quería quedarme a medias.
Enhorabuena Jesús y espero que esta reseña te ayude a llegar una octava edición.
Mi puntuación es de 7 sobre 10.