El cine de terror
Es inevitable que alguien como yo tenga que hacer este artículo, por las fechas que son y porque es el género que más me ha cautivado. Pero antes de hablar de ello, hay que hacerse una pregunta ¿por qué atraen tanto?
Desde los primeros tiempos, el ser humano narraba historias de miedo. Al calor de la hoguera se contaban cuentos que ponían la piel de gallina a los que escuchaban, era una sensación que les aterraba, pero a la vez las disfrutaban.
Siempre lo desconocido, lo que no podemos explicar, nos produce fascinación. Desde las narraciones de antaño, que luego dieron paso a los relatos escritos y por fin al cine, creo que el goce de ello esta en que lo sufren otros. Cuando acababa la historia, cerrabas el libro o se encendían las luces en la sala y te sentías a salvo. Les sucedía a otros, nunca a nosotros.
La sensación de ser mirones ante una situación que les ocurre a otros es inherente a las personas, lo mismo que cuando entramos en un museo y miramos los cuadros del Guernica o los fusilamientos de El dos de mayo, es algo que no podemos reprimir, tenemos que mirar y no es morbo, solo una atracción inevitable.
Eso, cuando llegó la era del reinado del celuloide se trasladó a la pantalla. Casi desde el primer día no perdieron la oportunidad de asustar al espectador, ya no solo los que temblaron al ver venir aquel primer tren, sino que desde “la mansión del diablo” de G. Meliés en 1896, que fue la primera película de terror, ya todo estaba listo.
Debo confesar que desde muy pequeño me moría de miedo con esas cintas, hasta que llegó una que me cambió para siempre, La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero en 1968. Aquellos zombis me sedujeron y siguen haciéndolo. Una historia que cambió el cine de terror y que sigue siendo los mandamientos del zombie hoy todavía. Una película que cualquiera puede emitir y usar, ya que no tiene derechos por un error del director, es la que manda en cómo actúan estos monstruos modernos.
El cine de terror, de miedo, es diferente. Nos mete en una situación algo inverosímil y poco probable, pero solo con algo de ingenio del director y el resto del equipo, nos hace que nos adentremos en ese mundo y que nos lo creamos. Podemos estar junto a un fantasma, un monstruo de los más repulsivo o en las sangrientas manos de un asesino sin piedad e imparable.
Como otros géneros ha sufrido cambios, estados de gracia y películas que no aportan nada y solo repiten algún cliché con éxito.
Recuerdo mis inicios, en aquellas maratones de terror de los cines, en los que por lo que vale ahora un café con leche te metías entre cuerpo y espalda cinco o seis cintas de terror, salías de la sala casi salpicado con la sangre de tanto muerto o pensando que te seguía algún ser sobrenatural que buscaba hacerte sufrir.
Si tuviese que recomendar títulos me quedaría un artículo de cientos de páginas, solo os dejaré aquí unos pocos nombres por si queda alguna persona que ha cometido el terrible error de no conocerlas: La trilogía zombi de George A. Romero (La noche de los muertos vivientes, Zombie y El día de los muertos), otra magnífica trilogía que va mutando con cada título es la de Posesión infernal (Posesión infernal, Terroríficamente muertos y El ejército de las tinieblas).
Casi cualquiera de los films de John Carpenter, que no fue el primero, pero sentó las bases para lo que conocemos como pelis de slasher (asesino enmascarado que mata a todo el que se pone por delante y es casi imposible de liquidar) de este director está: Halloween, La cosa, El príncipe de las tinieblas, En la boca del miedo, solo buscad su nombre en internet y casi todo es de culto. Otros títulos son: Al final de la escalera, El exorcista, La semilla del diablo, La profecía. Como decía no podría parar, así que lo hago aquí.
Este cine esta lleno de subgéneros para todos los gustos y apetencias, desde el miedo más sutil hasta el más fuerte y gore ( si lo resistís de esto tenéis Braindead del director Peter Jackson antes de meterse en El señor de los anillos y considerada como la peli más gore del cine).
Los que disfrutamos de dichos filmes no somos personas retorcidas o malvadas como a veces se empeñan en hacer creer desde los medios de comunicación, solo gozamos de historias diferentes, increíbles pero sugerentes, con efectos bien hechos y atmósfera atrayente. Me reafirmo en ello, me considero una persona sensible y con ver estas películas no me he vuelto loco, no quiero salir con una moto-sierra a la calle, ni invocar a ningún fantasma vengativo ni ser seguidor de demonio alguno.
Los que no tratáis con estos filmes acercaos, degustad las historias creadas con mentes de gran imaginación, del trabajo detallado de los creadores de efectos especiales de actuaciones brillantes (a ver quién se atreve a decir que la de Anthony Perkins en Psicosis no lo es).
En resumen, hay cientos de películas hechas con amor y mimo dentro del horror, como ya podréis imaginar muchas de ellas nacidas en la mejor década, los 80. Si os queréis adentrar por primera vez en este terrorífico mundo, tenéis mucho donde elegir: desde los primeros filmes del Drácula de Bela Lugosi. Los monstruos clásicos de la productora Universal. Las buenas películas de las productoras inglesas Hammer y Amicus, con los grandes actores Peter Cushing, Cristopher Lee. La elegancia del enorme Vincent Price. Los infinitos títulos de las décadas 80/90, hasta algún título excelente de los últimos años.
Como curiosidad, en España se hizo y se hace muy buen terror. Como peculiaridad tenemos una con reparto internacional (los mencionados Lee y Cushing, Telly Savalas etc) que se llama Pánico en el transiberiano, de Eugenio Martín de 1973. Solo tenéis que buscar en la red lo que más os apetezca y os salen miles de títulos muy buenos.
Como final de todo esto, me queda solo pedir que los que se aproximen también lo hagan a los cortos que se hacen en nuestro país, hay mucho talento en los cineastas que buscan mostrar sus ideas y maneras de entender el cine.
Pasad mucho miedo, ved las pelis en casa con las luces apagadas y con el volumen muy alto, no quitéis los ojos de la pantalla hasta que salgan los créditos, entonces antes de encender las luces, escuchad por un instante en oscuras y silencio, por si se oye algo que no debería y volved la cabeza antes que os ataque.
Un terrorífico saludo.
Javier Vilar.