Reseña de El cuarto eco de Abel Rincón Escudero
Hay lecturas obligadas, hay lecturas elegidas, hay lecturas deseadas, pero ninguna de ellas es tan interesante como las inesperadas. Con esto, no quiero decir que en ningún momento no quisiera leer al autor del que os vengo a hablar hoy, sino que simplemente, gracias a la providencia de la que tanto me burlo o más bien, ella lo hace de mí, resulté el ganador de un sorteo de esos de cientos y la madre a los que me apunto en internet y nunca me toca. Y que queréis que os diga, me hizo más ilusión que ninguna otra posibilidad el resultar el ganador de la propuesta que llevó a cabo mi queridísimo y admirado paisano, Abel Rincón Escudero.
Su última novela, El cuarto eco, llegó a casa hace pocos meses y tenía claro que iba a ser una de esas lecturas que me iba a imponer e iban a estar marcadas en mi calendario lectivo, como las más disfrutonas. No me he equivocado. Qué libro, señoras y señores.
Abel ha pasado por mi canal en dos ocasiones y no sé a todos los que habéis visto las entrevistas, pero a mí, sin apenas contar mucho sobre sus cuatro novelas La luz, El otro lado, La soledad de las estrellas errantes y de la que (os prometo, que dejo de daros la brasa y empiezo a hablar de ella), me vendió la papeleta sin dudarlo. Os dejo por aquí los enlaces de sus entrevista y empezamos a desgranar su cuarto bebé literario:
¿Creéis que el talento se esculpe poco a poco o se nace con él? Sinceramente, no lo tengo muy claro, pero en el caso de mi jerezano favorito, él no escribe…él esculpe las palabras. He devorado El cuarto eco en apenas una semana, para algunos será mucho tiempo y para otros será muy poco. Yo os puedo afirmar que en mi caso, es como si Flash hubiera ido al baño en dos nanosegundos. No he podido, ni querido parar de leer esta novela. No quería hacer otra cosa en mis ratos libres y aprovechaba cualquier momento para saborear la figura de papel imitando el mármol que Abel nos ha regalado. Insisto, este hombre no escribe, cincela cada frase y se deja el alma en ellas para que de una forma totalmente visual con sus magistrales comparaciones, te sitúes no solo en la escena, sino dentro del alma de cada uno de los personajes que componen este libro.
El cuarto eco esta estructurado en cuatro actos y cuatro protagonistas y unos secundarios a su altura con una exquisitez descabellada. Si a ello le sumas, como a cada uno de ellos lo ha situado en una estación del año idónea para su personalidad y su estado mental, el broche es de Cum Laude.
Sangre, agua, nieve y fuego. Cuatro palabras que se esconden entre la sinopsis de esta historia y que Joseph, Jennifer, Simón y Rebeca conocerán en unas batallas encarnizadas por descubrir que es aquello que les acecha entre las sombra de sus corazones.
Sus sueños, sus motivaciones, sus frustraciones y sus miedos se convierten en sus escuderos. Un viaje a través de la miseria humana y todo aquello que nos hace tan vulnerables ante la vida. Todo esto puede sonar demasiado oscuro o triste, pero en cada una de estas historias en las que todas parecen desvinculadas entre sí y un hilo invisible las une en diferentes épocas, la esperanza el amor y el perdón, son ese último regusto dulce en los labios.
Temas tan actuales como la soledad, las aspiraciones en la vida, los celos o el acoso escolar, hacen que estos cuatro actos en el teatro de la vida, te revuelvan por dentro y en mi caso particular, haya escrito a Abel para decirle que no le perdono por ciertas acciones y decisiones que ha tomado en la novela, pero que entiendo que son totalmente necesarias para dejarte el alma destrozada y querer seguir leyendo más y más.
El cuarto eco es un capuchino concentrado en 246 páginas, que se consume desaforadamente por su extensión y a la vez se saborea con deleite por su estructura rica y preciosista. Solo me queda dar las gracias a Abel por haberme regalado horas de lecturas en las que me he sentido uno de esos personajes secundarios, tan importantes o más que los protagonistas.
Solo me queda darte la enhorabuena, queridísimo amigo. Ojalá pronto pueda darte un abrazote y seguir hablando de literatura contigo. Ten por seguro, que seguiré leyéndote y disfrutando de tus historias.
Os dejo por aquí también mi reseña audiovisual:
Mi puntuación es de 8,5 sobre 10.