Tiempo para todo, tiempo para nada
El tiempo es como aquel niño caprichoso que no deja tranquilos a sus padres por más que le conceda todo lo que el pide. Durante estos últimos dos años he notado que los días se me hacen demasiado cortos, incluso a pesar de dormir tampoco.
Con todo esto solo quiero deciros que tengo muy abandonada la web, pero que a pesar de ello si tengo muchas cosas que contar. En lo personal mi vida ha dado un giro de 360 grados y hoy día es pareja a la afinidad que en estos años tengo con las sopas de letras que hacen de ellas historias para contaros.
Mi segunda novela va a un buen ritmo, sosegado pero incansable en su caminar. El próximo 15 de abril visitaré junto a mi pareja la Exposición de Cuarto Milenio de mi idealizado Iker Jiménez y la guinda que colmará el pastel será el evento que os comuniqué en mi última publicación por estos lares: la presentación al mundo literario de «Versos y relatos con Retto»…el libro solidario firmado por una treintena de autores de los que me siento muy orgulloso de colaborar con mi relato «Solo». No dejéis de comprarlo, pues los beneficios serán para lo niñas con Síndrome de Rett.
La lectura es otro de mis exámenes pendientes. Por desgracia, sigo terminado El umbral de la eternidad de Kent Follet y Mientras escribo de Stephen King. Dos buenas terapias de historia y consejos literarios, respectivamente.
Conclusión: debería ser uno de mis personajes favoritos, un vampiro, para no dormir y así tener más tiempo.
Os dejo otro ratito en el tiempo, pero sin dejar de recomendaros que seáis felices por encima de todo y que las palabras jamás abandonen vuestras vidas.
Que la sangre os acompañe….