Un día de furia lo tiene cualquiera

Afronto esta idea con una mezcla clara y concisa, aunque suene incoherente, de miedo y valor. Voy a abrir mi corazón de par en par, a pesar de que hace unas noches me planté delante de la cámara del móvil y me puse a vomitar todo y cada uno de los pensamientos desordenados que mi cabeza fue produciendo entre la rabia y el amor, sin guion alguno. La imprudencia es amiga del demonio y poca consejera de la razón. El amor por la literatura y la rabia por la insolencia, son dos hojas de doble filo y en demasiadas ocasiones, mi ímpetu se deja gobernar por ellas. Ese querer que nace en una habitación cualquiera, de un crítico anónimo o un impotente cobarde, que sí, tiene todo el derecho como el que os escribe ahora mismo estas líneas de decir lo que piensa, es demasiado penoso y lo que está claro es que la educación no está reñida con estrechas miras.

Evidentemente, tal y como transcribo todo esto ahora mismo, los puristas de turno me asediaran con su bolígrafo rojo y los incondicionales de otros, escupirán sobre esta tinta virtual sus frustraciones o simplemente ese amor al que todos alguna vez nos hemos enfrentado y hasta que no nos hemos dado cuatro veces contra ese muro invisible para nuestro corazón, nuestra cabeza ha dicho basta, mientras escupía cuajarones de sensatez.

«¿Qué cojones esta diciendo este tío? Deja de divagar como llevas haciendo varios días en las redes y ve al grano. Que has creado una expectación que no te mereces por simple hedonismo egocéntrico. Las frases de autoayuda están muy bien para el que tiene menos personalidad que un playmobil».

Coño, tienes razón, amigo o hater lector. Voy al grano y lo haré con unas palabras que no son mías y que escuché hace poco en un podcast que entrevistaba al grandioso y mal odiado a veces, Arturo Pérez Reverte: «El mundo no se rige por blancos y negros, esos dos colores no existen, el gris predomina el mundo». La cita no es exacta, aun así, creo que el concepto se entiende.

Vivimos en un mundo en el que todos nos creemos que la libertad de expresión consiste en condicionar la opinión de los demás con moralismos baratos, filosofías de medio pelo copiadas de páginas huecas o redes aleccionadoras y dejamos de lado el pensamiento propio y crítico…allá voy. A todos nos encantaría tener un cuerpo diez, una salud férrea y una alimentación adecuada. Mierda, que putada, yo soy feliz todavía tal y como soy, aunque a veces me joda que no me entren los pantalones. Hoy día tengo jeans de gordo y flaco…solucionado, otro libro que me ahorro.

Lo siento, de verdad, no trato de excusarme detrás de tanta palabrería, pero no sé cómo decir con tacto que el mercado editorial se ha abierto tanto de piernas en los últimos años, que hay cosas por ahí que no deberían de haber salido de un cajón. Creo que no todo el mundo tiene derecho a publicar y que aquellas personas que lo hacen, deben sopesar con anterioridad los pros y contras con respecto a la falta de respeto que pueden cumplir contra ese amor que tanto publicitan por las redes hacia la literatura.

No os adelantéis a mis palabras…os habla un don nadie. Un maestro de nada y aprendiz de todo. Alguien al que le han comido la oreja con bonitas palabras y aun así, vendiendo una mierda, no se cree ni pedo antes de llegar a la consistencia que puede darte una plasta de caballo. Seguramente muchos, y lo digo por experiencia propia, me volverán a psicoanalizar después de esta pataleta, argumentando sin conocimiento alguno de mi persona, que mi falta de seguridad y complejos varios, me hace atacar a los demás. Nada más alejado de esta galaxia. Habla el amor.

Equivocados estáis, queridos y queridas. No niego mi parte de culpa a la hora de darle mil vueltas a una idea y no estar segura de ella hasta que la lanzo, pero jamás me quedo con ella dentro. A las pruebas me remito con este artículo. 

Evidentemente, esto solo es una opinión, nada más. No es ni siquiera mi verdad, la certeza de un hombre o mujer es tan solo el principio de una idea que puede convertirse en fascismo barato. El debate sano, es el arma con la que los justos derrocan corrupciones impuestas por mentes mediocres y yo no estoy aquí para enseñar a nadie. 

Por desgracia, hay mucha gente que no lee y mucha más que se sorprende día a día de la cantidad de gente que escribe. Las últimas novedades literarias han tratado y conseguido, convertir este mundo en un mero negocio, donde la carta es tan amplia y variopinta como un desfile de monos de colores.

Géneros olvidados y suplantados por subgéneros adecuados al mundo del aquí y el ahora que nos imponen desde las altas esferas ese uno por ciento del uno por ciento. Consumir a toda costa. A los libros sin fondo, se les llama libros ágiles. Literatura específica para ese nuevo lector sectario que busca leer al día solo cuatro páginas y sentirse dentro de la secta. Vuelvo a repetirme, no os apresuréis a ponerme frente al paredón, es un recurso tan válido como el que más y hasta cierto punto necesario, sin embargo, la cantidad no esta reñida con la calidad y eso se ve a leguas entre las líneas de cualquier libro de medio pelo que vende ejemplares como churros.

Sustancias cimentadas con un solo fin, crear adicción. Amasar ventas y futuras series streaming, no es literatura. Ganar un sueldo digno vendiendo palomitas revenidas, no es literatura. No digo que no tengas derecho a considerarte escritor o junta letras por vender lo que tienes dentro, claro está, siempre que sea tu oficio y no hobby. Mucho menos por no haber leído ningún clásico de la literatura mundial, aun así, te puedo asegurar que refugiarte en ellos es la mayor fuente de aprendizaje en la que puedes calmar tu sed.

Tanto por privado, como en mis directos con autores y autoras, he tenido la posibilidad de aprender tanto de mis errores como de los suyos y disfrutar de la sapiencia que a cada uno de ellos les ha otorgado las miles de páginas que han leído en su vida. Por favor, no tengas la osadía de intentar escribir un libro sin apenas leer. Es como el que quiere ser actor porno y tiene un problema de eyaculación precoz, más clara la agüita del río.

¿Crees que es fácil ponerte delante de un ordenador o una libreta y vomitar lo primero que te salga de esa nuez carnosa que tenemos por cerebro? Házlo campeón o campeona. Para algunos lo será, para otros no. No hay un método único de trabajo para desarrollar una novela, cada uno tiene una maleta diferente de herramientas y ni yo ni nadie tiene la capacidad juiciosa de ser el verdugo de nadie, aunque todo tiene un límite. 

Hay personas que saben aprender de sus errores y agradecen hasta la saciedad los consejos de un absoluto desconocido, otros sin embargo son pequeños «Cervantitos» que no ven más allá de sus followers o likes y esos son precisamente los que más tienen que aprender. Porque una historia necesita algo más que contenido, es como si tratas de ver una película de terror con un fondo blanco o viceversa, un escena descrita al milímetro y unos personajes más vacíos que tu cartera cuando llenas el depósito de tu coche. El ejemplo no es correcto, esclarecedor seguro…un solo jugador no gana un partido. Utilizar palabras técnicas no exime de tus carencias. Estructura sin cimientos, patina de colores escasa para describir a personajes complejos, escenarios vacíos sin datos para el lector, adoctrinamiento de conceptos adquiridos de oídas sin criterio propio y lecciones sin batuta. Me cago en la leche, que de Velázquez para tan poco lienzo. A veces me siento un Salieri de la vida.

Ahora, vamos a meternos con esas máquinas de hacer dinero y que tratan a los escritores como simples herramientas. Quizás eche piedras en mi propio tejado, pues no soy autor indie. Señores editores, no sois nadie sin aquellos que plasman su corazón en unas hojas. Sí, podéis poner las armas en sus manos, el gatillo lo aprieta el que teclea. De una forma más burda, con buena polla bien se folla. El tamaño no importa si la «dicha» es buena, eso es indiscutible, por eso creo que es necesario que haya un mínimo de calidad en lo que se publique. Me asquea que se publiquen libros sin correcciones y os lo dice alguien que ha pasado por lugares donde se han pasado el noble y admirado arte de la corrección por los bajos del Halcón milenario. Me enfurece que un lector me mande erratas de mis libros, siento que le he faltado al respeto y a su inversión de tiempo y dinero en mí. Por suerte, a día de hoy he dado con gente tan maja que solo ha querido ayudarme en mi humilde camino. Lo mismo he hecho yo con otros compañeros de letras, aunque sea cierto el hecho de que me haya costado muchísimo el corregir a nadie. No soy un profesional de esto. Desde aquí, el aplauso más grande para los verdaderos artífices de nuestro triunfo, comedido o inmenso, los correctores. Para mí, el olimpo se os queda pequeño. 

Gracias a los dioses, el porcentaje de almas buenas siempre será más grande que de latidos ennegrecidos. La podredumbre es la piel que cubre al mediocre, ese cobarde que como he dicho mil veces, se esconde tras un perfil falso. Todos somos escritores, guionistas, directores de cine, periodistas, políticos, entrenadores de fútbol y la madre que nos parió, pero solo unos pocos se van de este mundo con la convicción o tranquilidad de haber cumplido su sueño de una manera u otra. 

Yo, el más iluso del mundo, me iré de este mundo sin ser nadie. Ay, amigo, me iré como tú, pero cuando muera, mis hijos, mis nietos y las generaciones venideras podrán leer mis historias. Ese legado no me lo va a quitar nadie. ¿Tú, qué tienes?

Esto me da pie para encarar el último apartado de este artículo. Ese  espécimen que utiliza su encefalograma plano para copiar la viveza, inquietud y emprendimiento de aquellos y aquellas que quieren dejar un eco en la eternidad como Máximo Décimo Meridio. No, nos equivoquemos, todo esta inventado, no por ello la innovación debe ser el Commodo de turno. Las marcas blancas se inventaron por ello ¿no?

¿Jode? Al revés, si alguien te copia es porque algo estarás haciendo bien. Yo mismo cojo conceptos de otros y los amoldo a mi forma de trabajar, mi personalidad y mis ganas de innovar. Me gusta reflejarme en mis ídolos y no ser el espejo de nadie. Ayudar, todo lo que me sea posible. Por otra parte, reírse en mi cara e insultar mi inteligencia, no gracias. No soy catedrático, tampoco imbécil. No soy el único que ha sufrido dichos «robos». Conozco a infinidad de personas y todas ellas han soportado lo indecible por llegar a donde están. El éxito no tiene un baremo o cuantía de satisfacción para el que lo busca, si persigues eso sin disfrutar por el camino, ten por seguro que llegado el día, por muchos «me gusta» que consigas, tu vida se volverá tan perecedera como la del club de los 27. Por ello, creo que es lícito copiar al compañero, pero sin pisarlo o ponerle piedras en el camino.

A día de hoy, estoy absolutamente convencido de que no vendo ni la mitad de los libros que podría vender, no solo por mi limitación en el mercado digital, que es evidente. Suma a esto las campañas que se han hecho contra mí en ciertos foros, intuyo hasta brujerías, fijaos lo que os digo. Ojalá me equivoque, ya que no soy nadie y no me considero digno de dicho calificativo. Una persona muy sabia tenía pegada a sus labios un dicho que pocas veces me ha fallado en la vida: «Piensa mal y acertarás». Quizás no al cien por cien…quizás.

Tranquilo, que no he venido a dar pena. Tómate algo de mi parte y relaja la bilis.

En resumidas cuentas, moriré siendo yo hasta el final de mis días y si con este artículo, mi tumba ya esta cavada hasta la mitad, hoy me he encargado de abrir nuevos turnos para terminar el agujero. Poneos en fila después para echar vuestro granito de arena, que mi sueño eterno va a estar libre de conciencia…total, voy a pedir que me incineren y me tiren al mar de Cádiz.

Reseña de «León González, anticristo» de Manuel Amaro Parrado

Es mi caso, y quizás en cierto modo es un pecado cometido por mi parte, el no haber leído aún «La divina comedia» de Dante Alighieri. Será otro propósito futuro. La cuestión es que si tienes unos leves conocimientos sobre el famoso poema del escritor italiano y has leído la novela del escritor jienense, Manuel Amaro Parrado, hay una aura de similitudes parecidas, pero como si fuera la cara opuesta de la misma. En este caso, el descenso a los infiernos de León González, el protagonista de esta novela es muy diferente.

El autor posando en su biblioteca.

Cuando leí primero el prólogo de Juan de Dios Garduño me quedé a cuadros, pues creía que este era el primer libro de este personaje tan peculiar. Sin embargo, se puede leer sin necesidad de saber los inicios de este «tonto», como él mismo y el resto le bautizan, en su primera entrega «León González, santo».

Con la sátira e ironía elegante que recuerda la pluma de Lope de Vega y el audaz ingenio del autor, León entra de lleno en tu vida haciendo que te partas el culo nada más empezar con las cosas que le pasan y su gran bocaza. Su capacidad para meterse en líos él solo es increíble.

En esta segunda historia y después de escapar de su familia, León se enfrasca en una nueva aventura que lo lleva a través del sordido mundo de la oscuridad, con unos poderes que no sabe controlar y que a pesar de su limitada inteligencia, serán claves para el destino de la humanidad, pues puede ser salvador o aniquilador de la misma. El típico antiheróe pero con medio meñique de frente.

Como el viejo e insoportable Ebenezer Scrooge creado por el gran Charles Dickens, León recibe la visita de tres fantasmas del pasado, presente y futuro que le muestran el final de todo, si no se pone las pilas.

En este viaje, se cruza con una serie de perosonajes de todo tipo y de la más baja calaña. Psicópatas de medio pelo, ridículos médiums, espíritus desatados, sectas adoradoras de Lucifer, mafias, arcángeles y un diablo que esta como loco por poseer su alma y con el que te ríes a más no poder, encima poseyendo la mayoría del tiempo a un niño de apenas 8 años. Os podéis imaginar los diálogos y las situaciones. Incluso hasta discute con la Parca, no os digo más.

El objetivo principal es encontrar un libro mágico que posee su familia y con el que podrá deshacer el apocalipsis que se avecina. En el camino, por supuesto, también tendrá compañeros de viaje, como el perro que sale en la portada del libro (si no me equivoco) Sprocket, diseñada por el ilustrador Miguel Ángel Cáceres. Un chucho callejero con más hambre que él y con el que tendrá situaciones inverosímiles y bastante cómicas. No creo que os deba contar mucho más, pues merece la pena entrar en el cerebro de León y tratar de entender a un tipo con el que a veces empatizas y otras te entran ganas de soltarle una bofetada como hace más de uno al conocerle.

Contraportada y sipnosis de la novela.

Escrita en primera persona, Manuel hace un uso exquisito de la palabra y nos muestra con su avezada habilidad, la estupidez humana y el egoísmo que nos rodea en situaciones extremas. Los escenarios están muy bien descritos, la trama muy bien hilada y aunque los personajes secundarios no se desarrollan en demasía, pues aquí León es el acaparador de dicha característica, son contundentes y llenos todos de una fuerza peculiar y necesaria para rodear a un tipo tan irritante a veces como León.

Es la segunda novela que leo de Manuel y puedo decir que a estas alturas, su literatura nunca defrauda. Él, en petit comité, me ha confesado que es una pena que haya gente que no supiera conectar con esta historia y sobre todo, en el contexto en el que esta escrito. Estoy totalmente de acuerdo, hay que saber distinguir los estereotipos de la ficción y simplemente, disfrutar de una historia arriesgada y llena de verdades.

Desde aquí, yo le doy mi enhorabuena y menos mal que el día que la compré en la pasada feria del libro de Madrid, la editorial Apache, con la que esta publicada esta historia, me regaló una copia adicional porque la primera estaba defectuosa y así pude terminarlo, porque me robaron la mochila hace unas semanas con el ejemplar bueno.

Como siempre, muchos éxitos para el autor y a vosotros, os recomiendo que le deis una oportunidad a la literatura de este profesor de matemáticas que escribe historias diferentes y que siempre te dejan un buen sabor de boca.

Os dejo el enlace de compra de esta novela:

https://apachelibros.com/pluma-terror/67-leon-gonzalez-anticristo.html

Mi puntuación es de 7’5 sobre 10.

Reseña de «Un fuego azul» de Pedro Feijoo

He empezado esta reseña cuatro veces y ninguna me ha convencido, creo que esta es la mejor manera de hacerlo, mostraros mis dudas frente a lo que os voy a contar sobre el libro de este gallego que tanto ha marcado a los lectores de varios grupos de lectura de Facebook.

Pedro Feijoo

La polémica alrededor de esta novela ha sido bastante absurda, y no voy a ser yo el que la recuerde aquí. En resumidas cuentas, la envidia es muy mala.

Si una novela vende, es por algo. Los gustos no los asignó ninguna deidad, tú y solo tú eres responsable de tus actos. Lo demás, son cuestiones banales.

Pedro Feijoo nos trae un thriller muy oscuro, duro y contundente. No, no es nada nuevo, es más, digamos que está a la altura de toda esa nueva ola de novelas que se mueven alrededor de lo macabro y la sangre, pero sobre todo, la capacidad y la intencionalidad de mostrar la maldad humana. Esa que cada día nos aleja más de lo que nos distingue de otros seres.

No sé porqué, pero la atmósfera que el autor ha creado en este Vigo actual, me ha recordado mucho a ese mundo sordido de las películas Noir y que Fincher desató en Seven. Una serie de cadáveres de personas mayores empiezan a aparecer de forma escabrosa en diferentes puntos de la ciudad, a cada cual con mayor ensañamiento por parte del asesino y para colmo, dejando pistas y señales a los policías. Mateo, que es el agente de la ley al que podemos darle el protagonismo de esta historia, y digo podemos, porque hay otros personajes que para mi cobran el mismo papel que él. Todos nos llevan a través de una investigación truculenta y frenética. El asesino no solo deja pistas, sino que también se comunica con los agentes de diferentes formas que prefiero no revelar por aquí. Todo cambia el día que desparece la novia del inspector, ahí es cuando realmente comienza todo. Los giros argumentales y los quiebros al lector hacen que Feijoo sea como el asesino que juega con la policía en esta historia. Francamente, la lectura es muy ágil, y la prosa del autor es muy, muy buena. No solo por la forma sino por el fondo. Descripciones detalladas de los lugares, las escenas del crimen y la crueldad que en ella se exhiben y que te hacen estar, como he dicho antes, en una película de cine negro.

Podríamos decir que esta novela esta escrita tanto en primera como en tercera persona, pues depende mucho de los viajes en el tiempo que unos y otros individuos hacen a lo largo de la trama, pues hasta las víctimas nos hablan en ella. Capítulos cortos, mezclandos con algunos más extensos y absolutamente necesarios para comprender no solo el viaje de los protagonistas, sino su psique humana. Esto hace que empatices de una forma brutal con ellos y no digo nada si eres padre o madre, ahí ya si que se te parte el alma en mucha ocasiones. Sobre todo al pensar que la realidad… siempre supera la ficción.

La crítica social a los grandes poderes y la corrupción que anida en ellas es categórica y recuerda en muchos aspectos a casos, como he dicho antes, a hechos reales… Alcasser, niños robados, orfanatos y demás barbaridades. No quiero profundizar mucho más en este apartado, porque puedo asomarme al abismo de los spoilers.

Los personajes. Mateo, el inspector portagonista, responsable de la Brigada de Investigación Criminal de Vigo, un ser desolado por lo que ve día a día en su trabajo y que no sabe como separar toda esa mierda de su vida personal. Enamorado de su novia Viola, lucha por todos los medios para que su relación funcione, pero todo se va a la mierda cuando ella desaparece y el principal sospechoso es el asesino de viejos; Batman, si habéis leído bien, colaborador de Mateo de cuyo nombre real no me acuerdo y me da igual, porque para mí es mi personaje preferido, listo y perspicaz, sus intervenciones en la investigación son claves. A partir de aquí hay otra series de personajes que es mejor no desvelaros, pero que os puedo asegurar que le vais a coger un «cariño» muy especial, como el policía jubilado Bejarano y el ricachon Esteban Durán.

Ahora os daré mi opinión personal con ciertos matices. En términos generales, la historia me ha gustado. Es cierto que me ha recordado inevitablemente a muchos otros libros del género, como por ejemplo, Hannibal de Thomas Harris y su homónima cinematográfica. Eso sí, la originalidad de ciertas muertes y torturas, son muy buenas y contundentes… negras de pelotas. Como dije antes, la pluma de Feijoo es una delicia, da gusto leerle y esa facilidad que tiene para imbuir tu cerebro en cada página. Su conocimiento de Vigo, evidentemente es patente en cada una de sus descripciones, cuidando detalles que enriquecen siempre el dinamismo de las secuencias. Si, digo secuencias, porque este es otro punto a su favor, todo es tan cinefilo que yo veo necesario una serie o película de esta historia.

Puntos negativos. No muchos en realidad, quizás el abuso repetitivo de ciertas reacciones de los personajes, como el chasqueo de lengua (que alguien en Facebook destacó como algo que le sacaba de la lectura y que a mi modo de ver, no es para tanto). Podríamos decir también la necesidad mía personal de profundizar un poco más en la personalidad de ciertos personajes, pero que tampoco es relevante para la historia.

Como veis, una novela muy completa, que a lo largo de 526 páginas, nos sube y baja a través de un túnel de emociones muy muy oscuro y que nos «regala» una bofetada de realidad. El dinero y el poder siguen mandando y los pobres seguimos siendo carne de cañon.

Enhorabuena Pedro por esta magnífica historia y por supuesto, seguiré tu trabajo de aquí en adelante.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Reseña de Spiderman Edición Integral Ultimate Tomo 1

Esto ya es una realidad. Algo que se convertirá en habitual a partir de ahora en esta web. Mi afición por los cómics es una picá de cuarentón, ya es algo inevitable, como Thanos.

Aquí os iré dejando paulatinamente, mis reviews sobre toda la colección que nos trae Salvat sobre La casa de las ideas. Gracias a varios de los canales que sigo en YouTube como Stripmarvel o La botella de Kandor, me he decidido por esta saga que allá por los 2000, como os expliqué también en mi canal de YouTube, Marvel decidió sacar para hacer una renovación de las viñetas antiguas y adaptarse a los nuevos tiempos.

Ultimate es una saga donde todas las historias son conclusivas, respetando buena parte de las tramas antiguas y dotándolas de más agilidad. Con unas ilustraciones que rozan las excelencia por parte de Mark Bagley y guionizadas por Brian Michael Bendis, el encargado principal de dotar a esta nueva etapa un carisma moderno. Hou os traigo, como ya habéis leído en el encabezamiento al superhéroe mas famoso jubto a Superman, el Spiderman de nuestro adorado y venerado Stan Lee.

Peter es picado por la araña radioactiva.

La historia de nuestro amigo arácnido, como os he dicho antes, no es que se desvíe mucho de la original. Como ocurría en la primera entrega de Sam Raimi en el cine, Peter es picado por una araña radiactiva, pero en los laboratorios de Osborn. La relación entre personajes se mantiene, su amistad con Harry Osborn, sus encontronazos con Flash y todos esos idiotas que le mortifican en el instituto, menos una salvedad. En esta historia, Mary Jane es su amiga de toda la vida y su conexión es muy chula.

Harry y Peter.
Una amistad… especial.

Según Bendis quisieron dotar a Peter de la inteligencia consabida por todos los aficionados al trepa muros, pero sin excederse demasiado. Evidentemente, no podemos olvidar a las dos personas más importantes en su vida tío Ben y tía May. La famosa frase de «Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad», no iba a faltar y por supuesto la trágica muerte de su tío que es clave para que el hombre araña evolucione, madure y llene su vida de lo único que le importa, los demás.

Tío Ben y tía May, riñendo a Peter

Nuestro amigo y vecino , por supuesto mantiene esa chispa cómica que tanto se explotó y para bien, con el spiderman de Adrew Garfield, que a mi personalmente tanto me gustó. Su lectura es muy entretenida y la integración de todos los números en este tomo es una pasada.

Cuidada al detalle y dejándonos como regalo, las portadas de cada uno de los números de las grapas de los dos mil. Las ilustraciones son belleza en movimiento, cuidadas hasta el más mínimo detalle y con un color vivo que parece que se van a salir del tomo.

Portada del número 4

En el apartado de villanos de esta primera entrega, tenemos a Wilson Fisk (King Pin) como el capo principal. Secundado por Electro como su sicario principal y alguno que otro, siempre con la sombra alargada de fondo de Norman Osborn.

King Pin al acecho.
Electro en acción.
Norman Osborn maquinando

Tampoco podemos dejar de lado a personajes tan carismático como J. J. Jamenson que tan bien interpretó en su día J. K. Simmons y que ha repetido en las nuevas entregas del celuloide heroico de las últimas entregas y que seguro, seguirá dando que hablar.

El ambicioso director del Daily Bugle.

En conclusión, una recopilación muy guapa de Spiderman que para mas inri, nos viene con artículos por parte de Julián M. Clemente, contándonos la historia de esta nueva reedición de Marvel y como fue su proceso de creación y culminación tras varios problemas previos. Una compañía en constante evolución que no deja de crecer y mucho más ahora con la mente privilegiada del director general de los estudios cinematográficos Kevin Feige, que hoy día es mi padre, vamos.

Artículo de Julián M. Clemente.

Os dejo por aquí el enlace de suscripción a esta colección que no debéis dejar pasar. Una oportunidad única de tener a todos los héroes más grandes de La casa de las ideas:

https://salvat.com/colecciones/marvel-ultimate/

Mi ppuntuación es de 9 sobre 10.

Reseña de «¡Házlo por mí! “ de David Díaz Gallardo

No conozco la cita con exactitud y de antemano pido perdón, pero supongo que muchos/as habréis oído hablar del concepto ese que dice que lo difícil es hacer lo fácil. Creo que no hay mayor logro que ese en la vida. Conectar con sencillez, sin pretensiones y con un solo objetivo, hacer que, en el caso de la literatura, el matrimonio temporal que se crea entre escritor y lector llegue a la cúspide de la felicidad.

Portada de la novela, llena de referencias de la época ochentera

Por muchas razones, «¡Házlo por mí!» es ese tipo de libro del que no esperas nada y te lo llevas todo. David nos trae una historia muy bonita y llena de todos esos elementos que a los de mi quinta nos saca irremediablemente una sonrisa. Enmarcado en el género juvenil, la amalgama de referencias de los años 80, tanto en la cultura de pop/rock como en el mundo de la literatura y los cómics, sin olvidar el séptimo arte y sus actores de la época, nos llevará a través de un viaje al que todos alguna vez hemos querido volver, para olvidar todo lo malo y las preocupaciones que hoy nos rodean. Si a eso lo salpimentamos con las dosis justas de un poco de la aventura de Los Goonies y Los perdedores de It, damos con un grupo de adolescentes en pleno instituto que se enfrentan a los típicos obstáculos que en aquel momento de nuestras vidas, a todos nos ha tocado vivir. Un primer amor, la pandilla de abusones, los conflictos con tus colegas, situaciones que añoras como he dicho hace un momento y mil cosas mas de la adolescencia.

Cada personaje de esta novela destaca por su marcada personalidad y la diferencias que a todos les caracteriza y que hace, a la vez, ese nexo de unión inquebrantable entre amigos. Porque sí, esta es una historia basada en la amistad, sellada hasta el último centímetro cúbico por los valores que nacen entre unos chavales y sus vivencias. Y tú puedes pensar, según está escrito, que todo lo que estás leyendo realmente le ha pasado a David. Eso hace que te involucres de forma especial en el desarrollo de sus anécdotas. Curioso y destacable, ya que en la entrevista que le hicimos hace poco en Instagram y YouTube, nos aseguró que no todo es real y no todo es ficción.

Entrevista al autor

A pesar de ser una novela corta, hay tiempo para el misterio y el terror, dando el giro ideal en el momento menos esperado. Sin olvidar el humor con los toques que tanto nos gustan a los frikis de la cultura pop, cinefila y comiquera de toda la vida.

Me lo he pasado muy bien. No os puedo decir nada más, ya no porque haga algún spoiler concreto, pues hay curiosidades dentro que es mejor descubrir durante la lectura e investigarlas después. Bueno, miento, si os puedo decir algo más, comprarla. No os arrepentiréis.

Mi puntuación es de 7’5 casi 8. Que no puedo dar por una única pega al respecto en esta novela, el excesivo diálogo en algunas ocasiones.

Enhorabuena, David.

Reseña de «Yo, Julia» de Santiago Posteguillo

De un tiempo a esta parte y después de lo ocurrido en la última edición de los Premios Planeta de 2021, la polémica ha servido para que este galardón se ponga en entre dicho. Todos sabemos las opiniones que se tienen en contra de él, no voy a ser yo el que las recuerde en este artículo. Sin embargo, considero que hay ciertas ocasiones en las que el premio es más que merecido y esta creo, en mi humilde opinión, que es una de ellas.

No hablamos solo de un libro histórico, no hablamos solo de un autor consagrado. Hablamos del mejor historiador de Roma en habla hispana. Debo confesar que esta es la primera novela que leo del escritor y profesor valenciano, Santiago Posteguillo. Lo sé, no tengo perdón de Dios, pero uno siempre puede redimirse.

Compré esta novela en la última Feria del libro de Madrid, dedicada por el autor… ya conocéis mi mitomanía particular y me sorprendió su timidez. y. sencillez.

Dedicatoria del autor valenciano
Santiago Posteguillo

Hace muchos años, la mujer de un querido amigo, me recomendo su primera trilogía, Africanus. La apunte en mi «cuaderno de bitácora» de lecturas, pero sinceramente, la dejé de lado. Tras cerrar este libro, ganador del premio Planeta de 2018, me doy cuenta de lo que me he perdido.

“Yo, Julia» nos cuenta una de las épocas mas convulsas del Imperio romano. A través de los diarios de un ambicioso médico griego, conocemos a uno de los personajes más espectaculares, Julia Domna. De origen sirio y esposa de Septimio Severo, uno de los gobernadores mas poderosos de Roma, encargado de una de las zonas conquistadas en Europa, Panonia superior. Cómodo es por entonces el emperador, un ser vil y psicótico que hace lo que quiere con todos los que le rodean, incluyendo la reclusión en la capital de todas las consortes de los comandantes para asegurar su mandato.

El caso es que tras la rebelión de la guardia real y el asesinato de dicho dictador, Roma empieza a vivir una desestabilizacion brutal en la que los más poderosos tratan por hacerse con el sillón y la túnica púrpura.

Galeno, el médico del que os hablaba antes, nos cuenta como conoció a Julia y la sensación que dejó en su viejo corazón, no solo por su belleza, sino por su astucia, su habilidad para manipular a los hombres y conseguir sus objetivos a toda costa, que no son otros que convertirse en emperatriz junto al hombre que ama. Pues esa es la clave principal de toda esta historia, la fuerza y el poder que da el amor, el amor incondicional de un hombre que daría su vida por complacer a su mujer y al que ella corresponde con todo su corazón, a pesar de sus ambiciosos objetivos.

En esta historia, los emperadores, senadores y gobernadores aspirantes al trono, van cayendo como fichas de dominó en un corto espacio de tiempo. Algunos bajo las influencias de nuestra hermosa y fuerte protagonista y otros por la debilidad y poca astucia de los implicados. Una lucha increíble que no solo se describe con maestría en los campos de batalla, sino también en los pasillos y domos de cada familia implicada.

Hablar de la documentación de esta novela es irrisorio, pues con solo leer la entradilla del prólogo de Galeno, ya estás en Roma. Los lugares, la ambientación, las características de la época, las costumbres, la política y la minuciosa descripción del aspecto y vestimentas de los personajes es abrumadora. Un lenguaje acorde con el tiempo que se nos muestra y con todo ese aura hipnótico que siempre nos ha maravillado a los amantes de una de las civilizaciones más innovadora e importante de todos los tiempos.

Decir que Julia Domna era una adelantada a su tiempo es una memez, pues las mujeres siempre han sido el ser más inteligente sobre la tierra y no precisamente por su poder sexual. Fría y a la vez pasional, calculadora, inteligente, audaz y con la dosis justa de manipulación, este perosonaje me ha dejado a veces sin habla. Su meta, su propósito en la vida no se lo prometieron solo los dioses, ella estaba convencida de que nació no solo para ser reina, sino para dejar huella en la historia com una dinastía fuerte y respetada.

El resto de personajes, quedan muy a su sombra. Considero que Severo era un valiente soldado, gran estratega y mejor militar, pero aunque fuera el amor de su vida, para Julia era la pieza fundamental para completar su puzle. Así, como él, y en en menor medida, el resto de secundarios: sus hijos, su hermana, su cuñado, los seguidores y mandos de Severo y por supuesto, sus enemigos o enemiga, la asquerosa Salinátrix… ya la conoceréis.

Debo confesar, que a pesar de que evidentemente, es un libro histórico y cuenta el proceso en la guerra y lucha por parte de este matrimonio hasta llegar al poder, en ciertas ocasiones me ha resultado algo repetitivo. Como cuando juegas a un juego en una videoconsola y los objetivos no cambian. Solo hubo algo que se salió un poco de la historia y que me pareció una trama muy bonita, la relación ente dos esclavos ficticios Calidio y Lucia.

En un total de 698 páginas en las que hay incluidas apéndices con mapas del Imperio, árbol genealógico de los protagonistas, planos de batallas, bibliografía y glosarios de términos lingüísticos de la época; su lectura me ha llevado casi un mes, pero era de esperar. Este tipo de libros son más concienzudos de leer y su degustación más pausada para entender todos los entresijos de una civilización donde la sangre brotaba a la mínima ocasión con tal de llegar al poder.

Moneda aacuñada de Julia.

Quedo a la espera de leer el desenlace, la segunda parte de esta mujer, titulada «Y Julia retó a los dioses» y de la cual me han hablado también muy bien. Es curioso, pues por fin leo a este autor y hace una semana me acabo de enterar de que pronto sacará nuevo libraco. Esta vez sobre el mítico Julio César, donde conoceremos sus inicios, incluso de abogado. Otro más que añadir a la lista.

En fin, un Premio Planeta a la altura y muy recomendable si te apasiona la historia de este ser humano que tanto nos da, para lo bueno y lo malo.

El autor en la entrega del Premio Planeta 2018

Mi puntuación es de 8’5 sobre 10.

Reseña de Invencible, cómic de Kirkman, Walker, Ottley y Crabtree. Volúmenes 1,2 y 3

Podría haber esperado a leerme los 12 volúmenes que componen esta historia, la que según dicen los expertos, es la mejor en el mundo de los superhéroes; no he podido esperar.

Los motivos pueden ser varios, entre ellos, el hecho de que aún, la reedición en tapa dura de esta novela gráfica sólo lleva 5 partes publicadas por ECC Ediciones y la otra, que el primer cómic se basa en el reciente estreno animado en Amazon Prime. Ahí fue donde la conocí, mi afición por los zombies de Robert Kirkman y las informaciones que me habían llegado al respecto de ella y su rollo al estilo de The boys, me convencieron definitivamente para darle una oportunidad… y que oportunidad.

Primer vvolumen

Tras ver la primera temporada y disfrutar como un loco de las aventuras de Mark Grayson y Omni-man, lo tuve claro. Esta iba a ser mi primera colección de cómics de superhéroes.

Muchos de vosotros ya habéis oído de mis labios o leído en mis escritos la expresión «me ha dejado con el culo torcido». Invencible, además, te deja en shock. Ahora vamos a meollo de la cuestión.

Mark Grayson es el típico chico de instituto de 16 años con su amigo de toda la vida y que pasa desapercibido. Sin embargo, en secreto, él esta como loco por desarollar sus poderes y es que resulta que es el hijo de el defensor más grande que tiene la Tierra, el superhéroe Omni-man. Un extraterrestre del planeta Viltrum que llegó para defender, junto a los Guardianes del planeta a todos los seres humanos de las amenazas del espacio. Nolan Grayson, nombre humano de su padre, formó su propia familia en el globo terráqueo y una vez que su hijo consigue sus poderes, todo cambia.

Interior primer cómic.

Durante el proceso de enseñanza, pasa algo catastrófico, los Guardianes de la tierra son eliminados y el único superviviente es Omni-man. El gobierno necesita un nuevo equipo y es ahí cuando Mark conoce a una serie de jóvenes superhéroes con los que entabla amistad llamado, Teen team con los que colabora de forma esporádica en otras misiones, mientras trata de seguir llevando una vida normal como adolescente y conseguir aprobar para ir a la universidad.

Segundo volumen.

Y como diría Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer. Os puedo asegurar que aunque parezca la típica historia de jóvenes con poderes y su camino hasta ser un héroe, aquí hay muchas sorpresas y un giro de guion absolutamente descomunal en el primer volumen que no solo te dejará con la boca en el suelo, sino que sus consecuencias te partirán el alma. No debo olvidar los tremedos cameos que en cierta parte de la novela gráfica hacen algunos superhéroes míticos, que le dan un toque de humor brutal.

Interior seguna entrega.

Yo no soy un experto en el apartado de la ilustración, pero el estilo de Cory Walker me encanta. No es un dibujo perfeccionista y lleno de detalles como por ejemplo, los que puedes ver en las historias de Marvel Ultimate, pero va a lo esencial. Marcando la acción de una forma brillante y haciéndote sentir incluso el dolor que sufren cada uno de los personajes, tanto en combate como en el día a día. Ryan Ottley es el otro ilustrador, que ha sido parte del equipo de La casa de las ideas y ha continuado las viñetas en los dos siguientes volúmenes,dándole un toque más visual.

Tercer volumen.

Los personajes son brillantes. Es inevitable encontrar parecidos con los héroes de toda la vida de Dc y Marvel, a pesar de que algunos tienen unos poderes muy originales, pero en esta ocasión yo destacaría la importancia del desarrollo emocional de cada uno de ellos y como influye de forma desgarradora en la acción. Y eso que solo os estoy hablando del primer volumen, pues según lo que pasa en él, la historia cobra una dimensión brutal. Grayson crece no sólo como humano, sino como superhéroe y el amor se cruza en su vida sin previo aviso, además de muchísimas cosas más. Incluido, viajes a otros planetas para ayudar a otras especies.

Viñetas de la tercera entrega.

Me encantaría desgranar y comentaros mucho más de estos tres primeros volúmenes, pero es que os jodería la historia solo con contar algo concreto del segundo cómic. Estoy aguantando como un jabato ahora mismo de no salir corriendo a la tienda a pillar el cuatro y quinto volumen, que ya están en el mercado; sin contar, por supuesto, con el hype brutal que tengo por ver la segunda temporada animada en Amazon Prime, a pesar de que ya sepa cosas.

De verdad, si os gustan los cómics de superhéroes, esta es una colección imprescindible en vuestras estanterías.

Mi puntuación es de 10 sobre 10.

El color de los gustos

Hoy me voy a permitir el lujo de sacarle brillo a mis canas, atusar mi barba con cierto mimo y alzar el vuelo con ponderada maestría para salir de mi pequeña zona de confort y, sin querer entrar en polémicas o crear debate con una pequeña reflexión u opinión particular, os voy a contar un poco un punto de vista general de lo que opino sobre ciertos aspectos relacionados con la literatura. Todo bajo la mirada aséptica y documentada sobre opiniones generales de todos los ámbitos de esta profesión.

Géneros literarios

En este artículo, me voy a centrar en el ámbito del lector y sus preferencias. Es evidente, que todos y cada uno de nosotros, tenemos nuestra gama de «colores» selectos en esto de pasar páginas; sin embargo, dentro de mis entrañas negras, crece una pregunta que puede tener cabida en otros aspectos de la vida. Una simple elección nos hace libres, pero a la vez sin darnos cuenta, nos hace esclavos de sus designios y todos ellos son generados con un único objetivo, tenernos entretenidos en nuestras guerras particulares con el prójimo. Cada día me alegro más de ser un pequeño bicho raro que odia todo tioo de radicalización.

Quizás esta introducción sea un poco críptica, quizás sea necesaria para crear cierta curiosidad en vosotros que me leéis ahora mismo, o solo sea para ocultar o camuflar debidamente mis pensamientos y no deciros sin tapujos que sois más lerdos que un pobre toro que solo ve la muleta roja y no el estoque que se esconde dentro de ella, si pensáis que vuestra verdad es la única válida.

Ya se me han caído muchos pelos del sombrajo a lo largo de tantos conflictos a lo largo de mi vida y me he dado cuenta del sectarismo cifrado que se oculta dentro de la literatura. Hay que elegir un género literario para no acabar siendo ese tipo que siempre lo dejan para el final en la elección de una pachanga de fútbol o la chica a la que nadie invita a una fiesta de pijamas. 

El denostado margen y aprecio que se le da a la personalidad de un lector o lectora por elegir libremente sus gustos literarios es abrumador. Si lees romántica o erótica, eres una mujer frustrada sexualmente; si lees poesía, eres un bohemio blandito al que le han dado bien fuerte en la poca autoestima que le dejaron sus compañeros de instituto; si lees novela negra, eres un tarado que en el fondo, si hubiera una noche de purga, iba a ser el más sádico de todos; si lees ensayos, te crees el más listo del barrio; si tienes más de 40 y lees literatura infantil eres poco menos que un inmaduro, y si lees cómics, bueno, eso ya te pone a la altura de la capa más básica de la sociedad.

No, queridos amigos y amigas. La diversidad es lo más enriquecedor que puede encontrar un ser de nuestra especie para darse cuenta de que todavía, a pesar de la prensa y las televisiones de hoy en día que se venden al mejor postor, uno es libre para escoger su propio camino. Disfrutar devorando páginas y enriqueciendo el cerebro. Woody Allen dijo que su segundo órgano favorito era el cerebro, hagamos poco a poco que sea el primero, para que la telebasura y objetivismo periodístico sea el de los ídolos de muchas anteriores generaciones.

El tipejo este que os da la chapa ahora mismo y que mi inconsciencia tine esclavizado delante del teclado para que dicte mis pensamientos, es un claro ejemplo de lo que os digo. El tío lee de todo, de todo… a pesar de tener sus predilecciones y sus kriptonitas marcadas. Hace muy poco, ha descubierto de nuevo el placer de leer cómics, creo que acrecentado por el hecho de volver a leer cuentos a su hija (en cuyo caso particular lleva más del 50% de la historia) y descubrir el valor que encierran los guiones de dichas historias y el inmenso arte que se esconde en cada una de las viñetas que un ilustrador saca de su mente para acercarse a lo que tú te hubieras imaginado si esa fábula estuviera en una novela clásica y no en un libro lleno de imágenes brutales. Esa simbiosis entre autor e ilustrador yo me la imagino como un viaje alucinante, y no necesariamente un calvario para el que dibuja, que debe luchar con el egocentrismo de muchos autores o las escasas miras que tienen, porque desde hace mucho o poco tiempo, no se ven el ombligo.

Sí, una imagen vale más que mil palabras, aunque estas últimas hagan ejercitar más la imaginación, la visualización es otro arte muy denostado en este género y por eso desde aquí quiero romper una lanza, por ejemplo, a favor de esos artistas ilustradores que para mí son magos, pues hacen realidad con sus lápices, la historia que ha rondado meses antes en el cerebro de un enfermizo escritor o escritora. Sin restar valor, por supuesto, a todos aquellos que hacen las portadas de una novela «no ilustrada» y que gracias a su sensibilidad artística, han conseguido que un lector se haga con la obra de un autor.

No sé cuál es la diferencia exacta entre los beneficios que se lleva el guionista de un cómic y el ilustrador, pero para mí, el valor remunerado debe ser igual para la propulsión mecánica que para el velamen. Sí, aquí defiendo a capa y espada, valga el caso, el trabajo de dos de mis amigos ilustradores y compañeros en el blog literario Vuelo de Cuervos en el que participo: «Mi adorada y alada azabache, María Pizarro y a mi emplumado gamer, Elías Santos». Dos magos del pincel, lápiz o plastidecor que le pongas en las  manos, si hace falta.

La lectura es diversión, aprendizaje y entretenimiento; del tipo que sea. Recuerda, si lees no solo eres libre para viajar a mil y un mundos, eres libre de la forma más esencial y pura que se puede ser en el mundo que nos ha tocado vivir, humanos…somos libres de pensamiento.

 Felices lecturas.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «El hotel Ferguson» de Liss Evermore

Es la primera vez en la historia de esta humilde web, en la que empiezo a escribir la reseña de un libro sin haberlo terminado. Las razones son varias; quiero destacar algo que tampoco he dicho a lo largo de estos años en este rincón, y es que la edición por parte de la Editorial Fanes me parace una absoluta exquisitez. El cuidado y cariño con el que se ha trabajado la historia de Liss Evermore está al mismo nivel de la calidad literaria del autor.

Autor y novela juntos.

Días después…

Bien, ahora sí. He acabado de leer esta historia fantástica, misteriosa y llena de oscuridad, que en petit comité, el autor me dijo que estaba escrita desde hacía años y que le ha dado un lavado de cara.

Salpicada de terror con momentos estelares de Liss, en los que nos transporta a esa atmósfera opresiva, opaca y lúgubre recreada en los relatos de Poe y su admirador, Lovecraft. Una mezcla perfecta y acomodada en un Londres pos victoriano de 1936, que aún guarda esa esencia y que bajo el cuidado y documentación del autor se ha plasmado con maestría.

Evidentemente, el título de esta novela lo dice todo. La trama gira alrededor del famoso Hotel Ferguson, un lugar que esconde mucho más de lo que muestra y que el autor ha sabido darnos en las dosis justas para mantener el misterio y tensión que asola el lugar.

El protagonista de esta historia es Wilford Sullivan, encargado del mantenimiento del hotel que empieza a ver cosas muy extrañas. Los dos personajes que lo secundan son esenciales para armar un tandem ideal; Sam Maybrick, camarero y amigo de Sullivan, cuyo ingenio recuerda a Watson y con el que bromean ambos durante la historia; y por supuesto, el elemento femenino, la periodista Ivy Collingwood, que aparece en escena tras la primera muerte que ocurre en el hotel. Su investigación ira creciendo poco a poco al igual que nuestras dudas y teorías alrededor del dueño del hotel, el enigmático y misterioso Edwards Ferguson. Si olvidar la habitación 17…

Como guinda del pastel y complemento brutal para la historia, Liss nos traslada en flashes a diferentes épocas del pasado, cercano y lejano de la herencia del hotel o relacionado con él. Viajamos por lugares de poder como el egipto de los faraones o la Inglaterra y Francia inquisidora medieval, con la brujería y posesiones maléficas de por medio.

Dedicatoria del autor e interior.

Un cóctel muy apetecible para los amantes del género fantástico y terrorífico. Por ello, debo destacar con alevosía la pluma de Liss, que ralla la elegancia de los autores de finales del siglo XIX y principios del XX. Doyle, como dije antes, está presente en esa bonita trinidad de personajes e incluso he captado a veces trazos de Dickens. Sin pecar en ningún momento de ese lenguaje a veces enrevesado o demasiado barroco que algunos intentan plasmar en estas historias y a veces insuflan de pedantería dialéctica.

En términos generales, me ha gustado mucho. Nunca he desconectado de la historia, pero debo confesar que en mi caso, si he pillado al autor en el final. Sin embargo, no ha desmerecido para nada el viaje y sobre todo, la estancia en un hotel en el que me volvería a alojar sin duda alguna. Siento que dentro de esas paredes queda mucho por contar y por supuesto, el trato de sus empleados ha sido formidable.

Enhorabuena Liss, te dedeo muchos éxitos y que el hotel siga recibiendo a muschos clientes… a pesar de todo.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Reseña de «Lo que la tierra esconde» de Olga Prado

¿Alguna vez, aquellos/as que solo leéis, os habéis parado a pensar lo que significa para un escritor/a su primera novela? Novel o versado, creo que los nervios siempre son los mismos. La ilusión y el miedo se pondrían en una balanza y ninguna de las dos ganaría nunca por tener más peso. Es por ello que mi posición hoy es bastante difícil, pues ya sabéis el absoluto respeto que siento por toda aquella persona que tiene los arrestos de comenzar una andadura en este mundo tan difícil.

Esta percepción por la que todos hemos pasado frente a un cuaderno o un ordenador, es la que me trasmitió en su día la escritora catalana Olga Prado, cuando tuvo a bien presentarnos su primera novela «Lo que la tierra esconde» en mis canales de Instagram y YouTube respectivamente. Los ojos no mienten y su ilusión al hablar del proceso de elaboración, de ese viaje que la llevó por el mundo de las letras por primera vez, estuvo patente durante toda la conversación.

Entrevista a Olga Prado

Mujer inteligente, decidida, de mente inquieta y corazón audaz, nos ha querido mostrar todo su potencial en esta primera historia, cuya semilla estoy seguro que germinará poco a poco en mayores y mejores retos.

«Lo que la tierra esconde» es una novela sencilla y no por ello peca de tópicos o facilidades creativas. Me explico: su elaboración es clásica, pero su proceso de documentación en algunas partes de la historia le da la credibilidad que necesita en partes donde el hilo conductor flojea un poco.

Olga Prado

Nos encontramos con una mujer joven. Anais ha perdido a su marido recientemente y decide dejar Barcelona y trasladarse al pueblo andaluz de Orce, en Granada dónde su familia reside y ella pasó parte de su infancia. Se reencuentra con parte de su pasado, entre ellos Jorge, su cuñado.

En el pueblo se esta llevando a cabo un yacimiento arqueológico muy importante y en una visita al lugar con su hijo Jordi, conoce a Óscar, el otro portagonista de esta historia.

El corazón de Anais se debate entre el amor latente aún por su marido, el afecto por su cuñado y la llama que empieza a emerger por ese director arqueológico que tiene un encanto especial. Un viaje de crecimiento personal en el que la joven debe superar muchos obstáculos, no solo sentimentales.

Hasta aquí, la trama se puede considerar fresca e interesante y es ahí donde creo que, a mi modo de ver, Olga peca un poco de ingenuidad. Entiendase como tal, la falta de garra en ciertos aspectos de la historia. Durante la lectura estuve esperando ese toque de intriga que llegó un poco a cuenta gotas, y que a pesar de ser liviano, si mantuvo cierta curiosidad por mi parte en saber cual era la verdad de todo lo que estaba pasando y que por supuesto, no voy a desvelar en esta reseña. Será que mi ansia de «sangre» a veces me confunde y esta claro que en este caso, Olga quiso obviar muchos tópicazos. Por ello, no sé en que género catalogar su ópera prima, pues mezcla el misterio y el amor a partes iguales.

Los personajes están bien formados. No cojean, pero si que debo destacar algo que no pude soportar (espero que la autora me perdone) pero la forma en que Óscar y Jorge se dirigen a Anais me ponía de los nervios. Ella me entenderá.

Por otra parte, debo destacar la soltura que tiene la autora a la hora de describir lugares y escenarios de la zona, pues su habilidad en la escritura me llevó con facilidad por las calles de este pueblo de la comarca de Huéscar y las costumbres que en ella se practican. Se nota que sus propias vivencias en ella le sirvieron como faro en la oscuridad que a veces nos muestra una página en blanco.

Orce, pueblo granadino.

En conclusión, Olga tiene un gran futuro por delante y un margen de mejora abismal por su sobrado talento y «Lo que la tierra esconde» es solo la primera piedra de un castillo de historias que se iran formando con la argamasa de su ilusión e imaginación. A continuación, os dejo el enlace de compra:

Enhorabuena, querida amiga. Sigue soñando y volando muy alto.

Mi puntuación es de 6,9 sobre 10.