Reseña de La armadura de la luz de Ken Follett
Afrontar la reseña de uno de mis autores favoritos siempre se compone de una mezcla de ilusión y responsabilidad. En este caso en concreto, es un absoluto deleite. No tenía ninguna expectativa y muy poca fe en esta historia, simple y llanamente por el hecho de que una quinta entrega de la famosa saga de Los pilares de la tierra iba a ser estirar demasiado el chicle, como se dice vulgarmente. Sin embargo, debo pedir disculpas al autor de Cardiff.
Ken Follett nos transporta de nuevo a su querido Kingsbrige, pero en esta ocasión, por quinta vez nos sitúa en el ocaso del siglo XVIII, justo en el momento en el que la historia de la humanidad iba a cambiar por completo con la llegada poco a poco de la revolución industrial y la incorporación de las máquinas que iban a cambiar el paradigma laboral en todo el mundo.
En La armadura de la luz, arrancamos en un pueblo contiguo a «El puente del Rey», concretamente en Bradford. Una humilde familia, parece ser la protagonista de esta historia que arranca prácticamente con la muerte del cabeza de familia, llamado Harry. Por culpa de una mala decisión de uno de los hijos del terrateniente que gobierna la zona cuyo nombre será imposible de olvidar por nuestra parte, Will Riddick. Sal, mujer del fallecido y Kit, hijo del mismo quedan desamparados y por ciertos devenires de la vida, que prefiero obviar, terminar partiendo desterrados a Kingsbrige. Allí descubriremos que este libro se convertirá en una novela coral, donde confluirán las vidas de diferentes personajes y la mezcla y riqueza de cada uno de ellos, aportará a la trama todo lo que el lector necesita para entrar dentro de ella y disfrutar y vivir a través de ellos la magia de las fábricas textiles. Un negocio importantísimo en aquella época para el uniformado de los militares en la guerra interminable contra los franceses y un joven Napoleón Bonaparte que acabará siendo el emperador que todos hemos conocido a través de nuestros estudios.
Gracias a esta profesión, aparecerán personajes claves para La armadura de la luz como Amo Barrowfield y David Shoveller, alias Spade. Este último, es íntimo amigo de Roger Riddick, hermano del mencionado Will anteriormente. Amos, fabricante de telas y Spade, que tira mucho más hacia el tema político, nos presentan también el conflicto interminable en Inglaterra entre metodistas y anglicanos. Los primeros lo conforman los comerciantes más modestos, como ellos dos y el pueblo casi en su mayoría y los segundos, la aristocracia y clero.
Con ellos, evidentemente, aparece el antagonista de esta historia y el ser más despreciable que podía crear Follett. Los que lo leemos desde hace años, sabemos de la habilidad del escritor británico para que rápidamente le cojamos tirria absoluta a un villano de la categoría en este caso de Joseph Hornbeam, concejal de Kingsbrige, cuya ambición y odio por Amos y en especial por Spade, hará todo lo posible para que el pueblo no ascienda a codearse con la alta cuna dentro del parlamento inglés. Aquí también descubriremos como poco a poco se van creando o ideando, los primeros sindicatos con reuniones obreras en las que incluso los dueños de las empresas más modestas forman parte de estas asociaciones. Sin embargo, Hornbeam manipulará con su dinero e influencia a todo el que pueda para rebatir estas iniciativas con leyes absurdas y sentencias que nos sacarán de quicio. Esto dará paso a huelgas, enfrentamientos y revueltas que marcarán profundamente en las raíces del pueblo y su lucha encarnizada contra las altas esferas…Inevitablemente, esto me ha recordado la época en la que nuestros padres y abuelos luchaban por sus derechos y la sociedad actual hoy se caga en ellos, escondiéndose tras una cuenta falsa o una cerveza en el bar, donde nada se soluciona.
Con los años y el devenir de la guerra, los personajes irán evolucionando y creciendo. Sal se casará de nuevo con Jarge, un robusto obrero y Kit forjará un futuro desde pequeño en las fábricas textiles que forjarán un porvenir increíble y en ocasiones insólito. El amor es muy importante en esta novela de 860 páginas en las que Amos, soñará durante toda ella con ser el marido de la ambiciosa y despiadada Jane, hija del arzobispo de Kingsbrige pero esta terminará consiguiendo su objetivo y cazando al hijo del Conde de Shiring, Henry Nothwood. Es aquí, donde aparecen dos de mis personajes favoritos, Elsie y Arabella, hija y madre respectivamente. Elise está enamorada completamente de Amos, pero sus continuos rechazos le llevarán a casarse y formar una familia con el ambicioso clérigo, Kennelm Mackintosh. Esto será el anzuelo creado por Follett, para vivir y sufrir cada una de las vidas de todos ellos con la esperanza de que todo salga bien o como quiere el lector.
Se ha comentado e incluso criticado, para mí sin motivo alguno, el que el autor se haya atrevido a meter dos relaciones homosexuales que para mí no han sido nada forzadas y exquisitamente introducidas. Sin olvidar dos relaciones adúlteras que eran típicas de la época, o del cualquiera en sí, vamos. Para colmo, con unas escenas sexuales no muy habituales en el autor inglés, que a mí me han parecido propicias y con cierto encanto para reflejar la pasión de los personajes. En especial, debo destacar el amor incondicional de la mujer del obispo, Arabella y el comerciante Spade. Con una diferencia de años entre ambos, que me ha gustado aun más por ello.
Ken Follett ha sido valiente. Ha sabido adaptar con cierto toque de modernidad, temas tan actuales y mezclados, esta vez, con los hechos históricos de una manera magistral. Solo con deciros que la batalla de Waterloo la he vivido como si estuviera allí y todo el devenir de la guerra y batallas industriales, que componen y dividen esta novela en siete actos.
Para mí, totalmente recomendable y más si has leído cada una de las otras cuatro entregas del escritor británico. Este año no se si leeré algo más de lo que tengo en mi biblioteca del autor, o esperaré al próximo mes de septiembre para leer su siguiente publicación El círculo de los días, una novela del mismo corte histórico e inspirada en el misterio de Stonehenge. Ganas no, lo siguiente.
Por último, os dejo por aquí mi reseña audiovisual de mi canal de Youtube por si queréis echarle un vistazo. Y si de paso de dais a like al vídeo y os suscribís, me hacéis padre por cuarta vez. Mil gracias a todos.
Mi puntuación es de 8 sobre 10.