Reseña de «De mi puño y letra» de Miguel Ángel Sevillano Ureta

Bueno, supongo que alguno me leerá por aquí, a pesar de que nunca nadie comente mis escritos en este rincón. De ser así, ya sabéis como funciona mi mente cuando trato de reseñar uno de esos libros que suelen tocarte el corazón con la punta de los dedos y consigue revolver tus adentros para intentar reflexionar sobre lo que somos y en realidad debemos ser.

No soy un experto en la materia, por ello, voy a contaros la historia de este libro con una reseña hecha desde lo más profundo de mi corazón y con la inmensa gratitud que le proceso a este escritor, pero sobre todo, amigo.

Para describir a Miguel Ángel Sevillano y su obra «De mi puño y letra», lo haría de mil formas, pero creo que la voy a «destripar» con una de esas conversaciones que he tenido a lo largo de mi vida con muchas personas que anhelamos ser tan buena gente y puros de corazón como este hombre. Este libro engloba parte de los pensamientos propios y ajenos de una persona sobre la vida y sus pequeños avatares, mezclado con unos deliciosos poemas.

La ficción y la realidad se unen de la mano en un viaje rodeado de palabras marcadas por la verdad del ser humano: sus miedos, anhelos, esperanzas, la violencia de lo injusto, los sueños venideros y eternos, incluso el erotismo disfrazado de sutileza. Todos con una aura necesaria que debe deambular a nuestro alrededor, aquí y en la otra vida: la pasión. Sin ella somos seres inertes y vacíos y aunque a veces nos dejemos arrastrar por la pestilencia de nuestro pesimismo más funesto, todo, todo absolutamente se cura con el amor.

Hay tantas frases contundentes, veraces y llenas de vida en este libro, que no sabría con cual quedarme, eso sí, he aprendido de todas. Particularmente me quedo con la parte más íntima del autor (que él curiosamente, considera la más floja), la que nos acerca a su vida cotidiana, sus amigos, su pasión por la música y las letras, sus paseos con su perra Nora o su bicicleta, pero sobre todo, la envidia que le proceso por seguir conservando tras tantos años, las amistades de su infancia en su querida Sigüenza.

Hay una sorpresa en este libro que me ha gustado muchísimo y pienso copiar en un futuro, el escrito de su hija, es precioso y me ha dado envidia también je, je, je.

Voy a ser muy claro, nunca he leído un libro dos veces, creo que este será con el que pierda mi virginidad. Sería un pecado perder en la memoria tantas buenas reflexiones, pero sobre todo, el arte que atesora este hermoso ser humano.

Un último detalle, no puedo callármelo, si os decidís a comprar «De mi puño y letra» os aseguro que este hombre no es así tan serio como aparenta, es un cachondo mental de tomo y lomo, y lo podéis comprobar en las preguntas diarias que lanzo en mi Facebook.

De verdad, solo me queda darte las gracias personalmente, Miguel Ángel. Gracias por este pequeño tesoro embadurnado de letras y por ser parte de mi camino de aquí hasta que las baldosas amarillas se gasten de pisarlas juntos.

Muchísima suerte en todo. Un fuerte abrazo.

 

Mi valoración sobre este libro es de 9 sobre 10.

Reseña de «La droga más dura» de Anny Peterson

En esta vida hay que ser valiente y algunos dicen que hay que atreverse con todo. Algunos sabéis de mi sincera animadversión por la literatura romántica/erótica y sí, gran parte de culpa la tiene el innombrable Grey. Sin embargo, hay personas que no solo merecen una oportunidad por su calidad literaria, sino también por su amor por este género y su lucha constante contracorriente hacia los estereotipos marcados por los más conservadores de la literatura en sí.

Hoy os traigo mi primera incursión en este género y no os voy a engañar, mucho menos si hablo de una, ante todo, amiga. Me da igual ese hecho, pues voy a valorar con sinceridad lo que me ha parecido «La droga más dura» de la escritora Ana Pérez (Anny Peterson o también conocida en las redes como Lady Fucsia). Esta novela es, básicamente, la forma más fidedigna de plasmar una historia en papel y parecer que no estás leyendo, si no viendo realmente una película. He alucinado literalmente con los personajes y la capacidad que tiene la escritora de hacerte ver a cada uno de ellos, como parte de tu  vida desde siempre, como si fueran tus vecinos.

Para mí, particularmente, esta novela romántica trata con tanta veracidad la piedra angular que mueve a los seres humanos en las relaciones humanas como nadie y la palabra a la que me refiero es: La cobardía. Seis personajes, relacionados entre ellos a través de la amistad y el trabajo, concretamente una agencia de modelos y unidos sin remedio por el amor y sobre todo por esa red invisible llamada temor o cobardía a amar y ser amado. Si esto lo aderezamos con una trama tejida entre ellos, por culpa de unas misteriosas violaciones y ese fuego interno que todos procesan por sus correspondientes «Amores platónicos», la diversión está asegurada, porque sí, también hay muchas risas y situaciones cómicas.

Debo puntualizar dos cosas que me han parecido muy originales: que todos los capítulos de la novela tienen el título de una película (característica y afición personal de la autora de la que ha impregnado a uno de los personajes, que podemos catalogar como el protagonista) y el segundo hecho, está relacionado con ese personaje en sí, pues es el único que cuenta su historia en primera persona. Ella es Naia, sí, con «i» latina, no con «y» griega como mi hija. Una mujer muy fuerte y segura de sí misma en la vida laboral, pero todo lo contrario en sus relaciones personales, básicamente, como todos los demás personajes de esta novela.

No puedo obviar el hecho de que esta no es una sola historia, pues se me ha olvidado contaros el detalle principal y también original, «La droga más dura» es una bilogía, no una típica trilogía. Como la misma autora nos deja entrever, la primera parte la deja justo en el nudo de todo el barullo emocional que monta alrededor de los personajes y nos deja con «el mono», con ganas de seguir consumiendo «La droga más dura»  que no es otra que el amor y todos sus múltiples recovecos emocionales y por supuesto sexuales.

Al ser una novela de este género, el sexo se presenta tan cual, sin tapujos y con un lenguaje directo, pero que para mí no es soez. Porque las relaciones amorosas son así y Ana Pérez consigue con su lenguaje, no solo emocionarnos, sino también excitarnos. Sí, os lo voy a confesar, he tenido varias erecciones y no solo con las escenas heterosexuales. Para mí, eso dice mucho de la autora y su forma de convencer al lector.

Si debo poner un pero a esta primera parte, es que me hubiera gustado que se alargara un poco más el misterio alrededor de la investigación del caso de las violaciones, pero eso ya es cosa mía y mi sangre de novelista negro. Aún así  para ser mi primera incursión en este mundo en el que triunfan tantas  escritoras, debo decir que me lo he pasado muy bien con «La droga más dura», que la recomiendo a todo aquel o aquella que consuma este género y por supuesto despedirme dándole las mil y una gracias a Ana por descubrirme este mundo y felicitarle por su ENORME trabajo.

De aqui a nada, cerraré esta historia con la reseña de la segunda parte y exigo que las productoras de cine me pongan caras a Naia, Axel, Jorge, César y sobre todo a mis dos personajes favoritos, Leo y Zoe.

Muchísimas felicidades, Ana, o como yo le suelo llamar: Lady. 

Mi valoración es de un 8 sobre 10

Ahora que estamos solos…

Hoy es el día, uno de tantos, pero hoy en especial, necesito hablar contigo. Ahora que nadie nos oye, nadie nos lee, nadie nos vigila. Llevamos tiempo sin hablar, y desde luego, no quiero que creas que me he olvidado de ti. Te noto cada segundo de mi vida y debo de reconocer que muchas veces no te hago caso, en realidad, todos deberíamos de hacerlo.

¿Qué le está pasando al ser humano? ¿Dónde se quedaron los verdaderos valores? ¿Ya no importa el hecho, simple y llano que nos demuestran los niños en su primera etapa de vida? Esa que nos enseñan o recuerdan las verdadera naturaleza del hombre y la mujer, que no hay nada por encima de los sentimientos y que sin ellos, nos convertimos en seres oscuros y tristes.

Estoy agotado, agotado de luchar día tras día contra la corriente establecida. De remar entre mis ojos anegados y a la vez vacíos de ti, de ti y de todos los que yacen a mi alrededor. Todos han caído bajo nuestros pies y es triste ver nuestra incapacidad para reaccionar y dejarnos llevar por la furia y la autoritaria razón de nuestra cabezonería. Un cuerpo lleno de convulsiones sentimentales a flor de piel y que a la más mínima, suelta una oscura y candente lava de reproches y ataques contra nuestros propios congéneres, incluso, aquellos que son de nuestra sangre.

No voy a negarlo y no voy a ser un hipócrita, yo no soy un santo, estoy dentro de esa «secta». Simplemente cuando me pongo delante del volante, ya me convierto en otra persona, o más bien, otro ser. Sí, a todos nos pasa, pero este solo es un caso más de cientos: una puerta que no se deja abierta para que pase otro, un asiento que no se cede a otra persona, uno que se cuela descaradamente en una fila de personas que esta esperando cualquier cosa. La paciencia ya no está en nuestro ADN y mucho menos la empatía. Sin ella, verdaderamente jamás podremos tildarnos de seres humanos, los animales, dentro de su propia naturaleza y a día de hoy, tienen más valores que nosotros. Todos lo sabemos, pero nadie lo aplica a su vida cotidiana. Porque el ser humano solo vive por y para sí mismo, porque el único instante de sus vidas en el que recupera algo de esa esencia, es cuando somos padres, cuando encontramos a otros ser que nos necesita cada segundo de su nueva vida, igual que una persona que tiene una mascota, me da igual, la responsabilidad es la misma. Es una vida y por tanto es sagrada.

Con que derecho nos creemos con la capacidad de ponernos en la piel de otro, sin saber nada de esa persona y prejuzgarla hasta acabar con su vida, tanto literal como emocionalmente. Mañana, sin tú saberlo, puedes ser culpable de un homicidio.Sí, imagina que vas por la calle y te ríes de un chico o una chica que va con unas pintas u otras, ¿que cojones sabes tú de esa persona y en como puede afectarle tu burla? Quizás, esa persona lleve ese día mil comentarios denigrantes a sus espaldas y el tuyo sea el que finalmente colme el vaso de su autoestima y le ayudes a ir definitivamente al baño de su casa, coger las cuchillas de afeitar de su padre y cortarse las venas para acabar con su sufrimiento.

Luego está, por supuesto, la doble moral, sin olvidar el filo hilo fabricado por esta asquerosa sociedad al que le han llamado: Susceptibilidad. Todo tiene un por qué, todo se dice o se hace con una meta final: jodernos unos a otros, pero no en una cama dándonos placer, no, sino amargando la existencia de alguien que ha tenido más valor que tú y a mirado a la vida de frente. Simplemente para vivirla y disfrutar de ella cada segundo. Si algunos están tocados por esa varita invisible de la suerte, tú ya no eres nadie y solo por ello, debes destruir a los demás. ¿Que haces, imbécil? Sí, así te llamo a riesgo de entrar en tu lista negra, así llamo a todo aquel que es tan triste y pobre humanamente, que solo vive la vida de los demás.

Hace poco cree un personaje de esas características, como él no era feliz ni nunca lo sería, decidió dedicar su vida a disfrutar con el mal ajeno e intentar joder la vida de los demás hasta la muerte. Fue y es un reflejo de esta sociedad. A veces la gente no se da cuenta, sobre todo mis lectores, que yo no escribo de una forma tan «sangrienta» o «cruel» por hacerles disfrutar de su lectura o sufrir más bien. Lo hago para que vean la realidad que nos asola desde hace más de dos mil años y que un día un hombre vino al mundo con unas ideas totalmente revolucionarias y con un mensaje claro de amor y lo mataron por ello. Como a muchos otros a lo largo de la triste historia de este mundo, que cundieron con su ejemplo.

La conclusión es sencilla: Si vives por y para los demás, prepárate para sufrir el resto de tu vida. Porque nadie va a agradecerte lo más mínimo tus actos. Esta vida no es que esté hecha para sufrir, es que está hecha para la gente mala. A mi me queda la esperanza de que en la «otra», serán ellos los que pasen por ese calvario.

Eso sí, jamás voy a rendirme y por más que el mundo me hunda en su mierda y hoy esté en este pozo tan profundo, yo seguiré remando contracorriente y dando mi corazón a todo aquel que lo quiera o no. Gracias a Dios o a lo que sea que vela por mí, tengo la suerte de estar rodeado de muchos corazones de mi misma talla.

Gracias por ser parte de mi corriente. Y a ti, gracias, gracias por escucharme siempre, tú, mi corazón, mi compañero que tanto sufres a mi lado a día de hoy. Prometo seguirte siempre, aunque me cueste la vida.

 

Óscar Lamela Méndez

 

Reseña de «Desnudando el ayer» de Cristina Abella Jover

¿Hay algo más bonito o placentero que la lectura de un poemario entre novela y novela? Yo creo que no. Es como un alto en el camino; recibes su lectura con un cariño especial, otras ganas diferentes, una ilusión impropia. Te hace desconectar del mundo durante unos breves momentos, y si tienes suerte, como en este libro, encontrar parte de ti entre los versos de la autora.

Hoy os presento un poemario. Sí, ya sabéis que no soy un experto en ello y mis valoraciones al respecto son más sentimentales que de un corte «rigurosamente literario». ¿No creéis que esa es la verdadera esencia de la poesía? Sí, todos sabemos que un poeta es puro sentimiento a flor de piel y que nadie como ellos te hacen tocar el alma de los demás con sus rimas llenas de sinsabores, amores, dolor o miedos.

Yo particularmente soy de aquellos fieles a la poesía llana, directa y sin tapujos, que te de un bofetón en la cara y te saque de esa campana de irrealidad en la que vivimos muchos. Cristina Abella, personalmente para mí, lo ha conseguido.

«Desnudado el ayer» es una conglomeración de mil y un sentimientos, lleno de épocas diferentes de la autora. Épocas reales, no sentimentales. Es bonito el intentar averiguar entre sus versos, cuál de ellos los escribió cuando solo tenía quince años o ahora en su madurez. Muchos conocéis nuestra amistad, que va más allá de esa insignificante palabra para ella y para mí. Cristina es de mi sangre, porque lo digo yo (y punto) y porque nadie como ella me ha entregado su corazón amigo sin un cartel detrás de embargo, sin fecha de caducidad, como cada uno de sus poemas. Atemporales y necesarios en varias etapas de tu vida. Sencillos, intimistas (como los calificó perfectamente nuestro editor y amigo, Guillermo de los Mozos). Hay homenajes deliciosos, sobre todo a su abuela, una de las mayores culpables de que hoy nade entre sonetos. Perdones, como el que le dedica a su madre; guiños a sus queridos sobrinos y por encima de todos el que le dedica a alguien muy especial (prefiero no desvelarlo).

«Bailar un vals» es mi favorito, sin embargo me quedo con frases sueltas, que me han marcado especialmente como aquella que dice: «Y es que la vida es vida, no un cuento que se escriba» del precioso poema que es casi un cuento de fábula «Canción sin música».

Doy gracias a Dios o lo que sea, por no ser un experto en poesía, y algunos eruditos se echarán las manos a la cabeza. Para mí, la poesía no es como un rigor eclesiástico que mide la Fe más pura, la poesía es otra cosa, es lo único que le queda al ser humano para tocar el alma de otro ser con las palabras y el arrullo necesario con el que unir un corazón a otro de por vida. Para mí, mi querida amiga Cristina lo ha conseguido y desde aquí y por enésima vez, déjame decirte lo orgulloso que estoy de ti: Primero, como mujer e incansable luchadora; Segundo, por permitirme ser parte de tu vida de aquí a la eternidad y en tercer lugar, por haber parido esta pequeñita obra de arte que es tu poemario, tu «Desnudando el ayer».

Muchísimas felicidades, cariño.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez

Reseña de «Fin de guardia» de Stephen King

La cosa como veis va de trilogías, o más bien de cerrarlas. En esta ocasión, os voy a hablar de la tercera y última entrega de MrMercedes o como otros la han catalogado: Trilogía de Bill Hodges. En esta ocasión voy a ser muy directo, y no sabéis lo que me duele decir esto, sobre todo porque voy a criticar a mi adorado y venerado DIOS DEL TERROR. «Fin de guardia» es sin duda la culminación de una trilogía que poco a poco ha ido en decadencia. «Mr mercedes» me apasionó muchísimo, pues ver a King metido de lleno en una novela policíaca, me pareció una pasada, sin embargo, creo que ha ido nadando contracorriente hasta el final de la misma.

Como algunos ya sabéis, «Mr Mercedes» tiene su replica serial en la pequeña pantalla, incluso se ha renovado para una segunda temporada… a ver cuando se dignan a traerla a España. Y eso que la estoy buscando subtitulada y no la encuentro. Bueno, que me voy por los montes, el caso es que la saga empezó muy, muy bien y poco a poco ha ido decayendo. Esta tercera novela nos trae de nuevo al personaje malvado principal del primer libro, pero de una manera «diferente» (no quiero spoilear a nadie que no se haya leído la primera aún). Ahí es precisamente dónde radica la originalidad de esta historia y como King desmenuza su cerebro para contar una historia fresca y nueva, pero que a veces peca de un poco fantasiosa. Aunque hay que admitir que el control mental está comprobado, al menos en los círculos más conspiranoicos. Yo creo en ello, solo diré dos palabras: MK Ultra.

King, por otro lado, ha conseguido que ame a un personaje tan carismático y especial como el agente retirado Bill Hodges y por supuesto a sus dos  «Ayudantes»: Holly y Jerome. Me gustaría extenderme un poco más en la trama, pero es que si lo hago, finalmente voy a joder a los que no se hayan leído los dos primeros libros. Bueno, si habéis llegado hasta aquí, dejad de leerme. Aunque tampoco destriparé mucho más allá de lo necesario.

Esta historia gira alrededor de una de las problemáticas existentes hoy en día entre los jóvenes y no tan jóvenes por desgracia: Los suicidios. Si ya de por si, no quiero ni imaginarme lo que tiene que ser llegar a ese extremo mental en el que consideras que tu vida ya no vale nada, para dejar este mundo y a todos los seres queridos que te rodean, pues imaginaos si alguien os incita a hacerlo metiéndose en vuestra cabeza y por medio de un simple y sencillo videojuego. ¿Una locura? Sí, pero solo a la altura y la categoría del gran maestro del terror.

Lo que más me atrae de esta saga es la profundidad de los personajes, pero en especial ese odio tan característico del villano sobre el héroe y a aquí, a pesar de su condición actual, que se las apañe para intentar joderle la vida hasta el último aliento. Si lo analizamos bien, debe ser terrorífico el hecho de que te controlen y tu seas participe del apoderamiento de tu cuerpo sin poder hacer nada para evitarlo.

Como bien apuntó un amigo mío hace unos días, la novela pierde un poco de fuelle a mitad de la misma y se hace un poco pesada, perdiendo el aliciente de la batalla entre le bien y el mal, que tan magistralmente cierra al final en el desenlace.Parece ser que soy un poco mas retorcido que King, pues esperaba que me diera una leche descomunal con un giro brutal de la trama, pero bueno, no le ha quedado mal para cerrar el círculo.

Brady Hartdfield, el malo de la saga (que antes no lo he dicho), personalmente, se come al resto de personajes. Soy un apasionado de los villanos y éste, y su obsesión por joder la vida de los demás, es desquiciante y divertida a la vez. Imaginar a un personaje mientras lees, dentro del cuerpo de otro, ha sido una experiencia cojonuda y salpicada con sutileza por la «maldad» del escritor.

En definitiva, una trilogía válida y divertida, pero creo que llena de muchos altibajos.

Mi puntuación sobre esta novela es de 7 sobre 10.

Reseña de «Una columna de fuego» de Ken Follet

Creo que ya me vais conociendo, todo lo hago al revés. Llevo tres o cuatro lecturas por delante, y aun no había hecho una reseña sobre uno de los libros que más esperaba desde el año pasado. No os voy a engañar, no sé por dónde empezar.

A pesar de ser uno de mis ídolos literarios como mil veces he dicho ya, la complejidad de su literatura se escapa para este pobre y común mortal. Voy a ser todo lo sincero y honesto que me deje mi corazón, pues mi alma está dividida en dos. No sé si Follet se está quedando sin ideas y está intentando alargar en demasía uno de los mayores éxitos mundiales de la literatura, pero bueno, creo que también era algo que nos debía a todos sus lectores y seguidores. Debo ser honesto y recalcar que la lectura de esta novela se me extendió en el tiempo demasiado, y quizás, por ello, no la viví como otras de sus obras. Sin embargo, la trilogía de La centuria, me la bebí con más ansia, a pesar de disfrutarla a pequeños sorbos.

«Una columna de fuego» cierra, como todos ya sabéis, la trilogía que empezó allá por el 89 el magnífico escritor británico. Estoy seguro de que por entonces, no tenía pensado hacerla, pero bueno, creo que la ha culminado con cierta nota. «Los pilares de la tierra» es mi novela favorita y no creo que encuentre, personalmente, nada igual.

El tema de esta tercera novela me pareció muy original, aunque sea un hecho histórico, me atraía mucho. La trama se sitúa justo antes de la subida al trono de Isabel I, en pleno siglo XVI, un momento álgido en la historia de Inglaterra y Follet refleja perfectamente en su adorado talismán y venerados por todos sus seguidores, Kingsbridge, esa ciudad ficticia que creó con tanta maestría y de la que sigo enamorado. Ese fiel reflejo caótico de la época, lo marca con la convulsión existente entre los católicos y protestantes, donde mete perfectamente a su protagonista, Ned Willard. Un joven que regresa a su ciudad natal en las navidades de 1558, dispuesto a casarse con su amada, pero como no, Follet nos jode el idílico amor separando a ambos por culpa de las creencias religiosas de una familia y otra, pero sobre todo por el «odioso», por no decir otra palabra, hermano de su amada, un fanático católico que odia a Ned desde siempre.

Con este sencillo comienzo, el escritor arranca con la trama y mezcla los hechos históricos con las desdichas de sus personajes como solo él sabe hacerlo. El tema más atrayente de la novela se basa en el espionaje creado por ambos bandos en aquella época, al más puro estilo del afamado agente secreto creado por Ian Fleming. Sin olvidar el hecho de que Follet nos mete a dos villanos en esta historia: el mencionado anteriormente, hermano de la amada de Ned, Rollo Fitgerald y el ser más repugnante de «Una columna de fuego» Pierre Aumande, un ser ambicioso y despreciable cuya única meta en la vida es escalar socialmente a toda costa y ser reconocido como familiar, y no bastardo, de una de las familias más ricas y poderosas de las islas, la familia Guisa.

Si a toda esta mezcla de ingredientes, le añadimos los amores imposibles, el patriotismo y la inclusión magistral del autor con los hechos de la época y los personajes reales de la misma, como la reina Isabel I, por decir uno entre todos los destacados, pues flipé personalmente con el alocado y temerario Sir Francis Drake, el éxito estaba asegurado. Sin olvidar las secuencias navales de guerra en diferentes situaciones, que son increíbles y te hacen sentir dentro de esos impresionantes navíos.

Pensar, como dijo en su presentación en España, a la que no pude ir esta vez, que se había leído cientos de libros para la documentación de la misma, me hizo ver que soy un mísero aprendiz y reafirmó mi capacidad de admitir que nunca me podré llamar escritor. Por otro lado, me tomo la libertad de contaros mis humildes impresiones sobre la lectura de este tomo de casi mil páginas y os animo a leerlo para cerrar esta trilogía tan bonita.

Personalmente, me esperaba algo más y me perdí mucho con tanto dato histórico, pero este tipo de novelas son así. Sin embargo, es un libro muy recomendado por todos sus seguidores. Espero que su próxima historia rompa con todo lo escrito hasta ahora y nos deleite con una nueva clase magistral de originalidad y sapiencia.

Mi puntuación es de 8 sobre 10.

Óscar Lamela Méndez.

Presentación de LLAMADA DE SANGRE en Cádiz

Me encanta el olor de cada uno de los rincones que esconde las esquinas de mi corazón. Suena cursi, incluso a un anuncio de Ausonia, pero sobre todo, es algo improbable. Sin embargo, es la única manera que tengo de describir o asemejar, mejor dicho, los momentos previos a una presentación. Los nervios y esa incertidumbre en pensar que al final nos vamos a ver solos el presentador y yo, en medio de una sala con sillas vacías y nadie a quien contar mis locuras literarias.

Pasan los minutos y poco a poco, ese olor se hace cada vez más intenso y eso solamente lo provoca las sonrisas de las personas, que poco a poco, se acercan al redil en el que los cité durante las semanas previas al evento. Vuelvo a repetirme, lo sé, pero si no lo hago, no soy yo: «No cambiaría ninguna de las miles de escenas vistas por Internet de otros autores afamados y las colas provocadas por sus obras, si en ninguna de ellas no estáis vosotros». Sois la piedra angular de este pequeño contador de historias y los comentarios recibidos apenas unas horas después de la presentación, lo reafirman.

Para aquellos que no lo sepáis y antes de contar un poco como fue la presentación del pasado sábado día dos de junio, por culpa de las tonterías que salen desmesuradamente de mi cabeza, nunca me acostumbraré a vuestro cariño. Mensajes privados, fotos con mis libros en las manos de algunos lectores y lectoras, sin olvidar la sensación de que por muy pequeño que sea mi corazón, en algún momento, mis historias les han hecho vibrar de emoción. Eso no tiene precio alguno en esta y en mil vidas venideras.

Para dar comienzo a esta crónica, me debería remontar a los inicios y nacimiento de LLAMADA DE SANGRE, pero ya casi todos sabéis la historia. Por ello, y para enlazar con sencillez esto que os cuento, os diré que no puedo estar más feliz y orgulloso de que una de las personas que me han hecho llegar hasta aquí con su confianza en mí, me presentará el pasado sábado. Gracias infinitas y eternas, mi querido amigo Ismael Rueda García. Incontables serían las razones, pero todas se unieron cuando decidiste tomar al toro por los cuernos y lanzarte al ruedo para presentar a este astado, loco y lleno de heridas.

         

Os preguntaréis el por qué de esas heridas, esas son las de las sombras que riegan a veces mi corazón, sobre todo cuando la ilusión y mi cabezón empeño, me hacen creer que todos son como yo. Solidario, amigo y sobre todo, resignado ante la indiferencia humana. Gracias a gente como Ismael y contadas más, yo puedo sentirme orgulloso de tener amigos.

Gente que rechazó un trabajo extra por estar a mi lado, gente que canceló viajes o hizo todo lo posible por venir y verme. El cielo es vuestro por derecho propio y yo velaré porque así sea.

Emocionado y visiblemente feliz, Ismael me presentó dando gracias a Las libreras por cedernos su rincón literario y a partir de ahí, dejó que hablara su corazón. Contado como nos conocimos y de nuestro amor por la literatura. Sin querer desvelar mucho, como debe ser, dio pinceladas de la novela y su opinión personal sobre ella. Jamás podré agradecerle lo que hizo por mí esa mañana y el resto de ocasiones en las que me ha ayudado y pocos saben.

       

Tras una aplauso merecido, fue mi turno y quise copiarme a mi mismo como en la presentación de Madrid,  pidiendo primero perdón a los presentes por su asistencia y luego contando un poco de lo que casi todos ya sabéis, pero como voy sin guión y contando lo primero que me sale del corazón, me salté muchas cosas, me enrollé en otras e incluso se me olvidó dar las gracias a mucha gente que me ayudó en el proceso de la novela. Sobre todo a ti, Patricia Pintado, por tu magnifica portada y tu inestimable ayuda de hace cuatro años.

        

Para variar y como pasó en Madrid, la lié parda, pero esta vez de una forma distinta. A pesar de llevar varias batallas delante del público, tiendo a calmar o a descargar mis nervios con un bolígrafo en mis manos, esta vez, con la pluma que me regaló en el anterior evento mi amigo Paco, compañero del trabajo. El caso es que con el incesante y constante traqueteo de la pluma y el abrir y cerrar del capuchón, la tinta empezó a correrse sin remedio y me llenó las manos, la mesa y no llegó a los libros porque Dios no quiso. Como recalcó mi hermana en directo: «Algo normal, si no no sería él». Esa es mi esencia, como lo es esta novela. Un calco de mí, de mis experiencias en la vida: tanto literarias como de peripecias propias.

Un total de cuatrocientas páginas que te llevarán por mil caminos y cuando creas que ya has elegido el correcto, este maldito bastardo que os escribe, os joderá con otro giro argumental. Nada es lo que parece en LLAMADA DE SANGRE y os aseguro que si aun tenéis dudas, es que no sabéis disfrutar de la vida, de la literatura y porque no, de la sangre…..¿O sí?

Tras los aplausos, llegó mi ansiado momento, las preguntas del público. Ismael hizo la primera y dejó caer una escena a lo «Grey» de la novela, para formular su pregunta. Se fueron sucediendo muchas más y todas ellas, tan acertadas como interesantes para mí, sobre todo para que no dejara de hablar un instante. Cuando arranco…..

El caso es que pasamos una mañana agradable, entre anécdotas, historias paralelas y un sin fin de cosas más, como mis futuros proyectos y la tercera novela terminada y cuarta en mente. Mi cerebro no para de producir barbaridades. Solo quiero haceros disfrutar cada vez que paséis una página.

La firma de libros fue tan especial como deseada. Por mi culpa, y esto se me olvidaba, yo que no tengo nada que ver con la gente que allí se congregó, tengo el mérito de conseguir el haber reunido a varias personas de un mismo colegio en el que yo no estuve jamás, tras muchos años…..como se suele decir: «Cádiz es muy chico» y llego yo desde Madrid y lo consigo. Cosas mías.

 

No hay gratitud en el mundo para con vuestros corazones, ni siquiera el pequeño catering  que proporcioné a los invitados. Ojalá algún día, podáis decir lo mismo de mis historias . Se os quiere muy, muy mucho.

 

 

De verdad, gracias y mil veces gracias «Tacita de plata».

Óscar Lamela Méndez

Fotografía: Míriam Valle Benítez y Francisco Javier Barriga Carbonell.

Presentación de LLAMADA DE SANGRE

Soy un desastre, lo sé. A pesar de ello tengo una buena excusa: el tiempo. Mis días deberían estar formados de más de 24 horas. Ha pasado justo una semana de uno de los momentos más esperados por mí durante estos últimos cuatro años y es hoy cuando decido hacer esta crónica. No tengo remedio.

Creo que eran las cuatro de la madrugada y luego las seis, cuando mi cabeza ya empezaba a fermentar las palabras que diría frente a las personas que cometerían la locura de venir un sábado a las doce de la mañana a ver a un tipo como yo.  Desde Valencia o Zaragoza, por un motivo u otro, allí tenía a mis queridos contestones, sí, aquellos que con mis preguntas diarias y mis historias, conseguí conquistar. Evidentemente no se me pudo ocurrir otra manera de agradecerles su presencia que pidiéndoles perdón por hacerme caso.  Un pequeño spoiler de los agradecimientos de mí reciente y terminada tercera novela.

                

˜

 

`

 

Ahora me dirijo a ti: Por fin, naciste como una forma de desatar mis demonios internos, mis frustraciones y mi ahogo mental. 2013 no fue un buen año para mí, el paro me abrasaba el alma y quise desahogarme entre tus páginas. Siempre agradeceré ese pequeño empujón que me dieron mis allegados. No quiero repetir todo lo dicho en la presentación, pero dicen que el recordar tus orígenes te hace mantener los pies en el suelo. Yo no he conseguido nada del otro mundo, no soy un superventas, ni vivo de esta profesión que tanto me gusta y tanto respeto, pero al menos, con mis historias, mis locuras y mis preguntas diarias, he conseguido unir muchos corazones….y eso no está pagado.

Llegué el primero y los nervios empezaban a aflorar, la llamada de mi editor y amigo, Guillermo de los mozos, me bajó de las nubes y cuando te tuve entre mis brazos, no me lo podía creer. LLAMADA DE SANGRE ya era una realidad. Me quedé sin habla y sin tiempo para digerir lo visto.

Los invitados fueron llegando y los recibí con todo mi cariño, pero sin el tiempo que se merecían todos. Incluso alguno tuvo que marcharse sin tiempo para verme hablar sin parar, pero esos escasos minutos valieron la pena, se llevaron su ejemplar y me dejaron un bolígrafo para firmar…..Tiene bemoles que un contador de historias se le olvide lo más importante.

Ya encima del escenario y con mis amigos y familia organizando el pequeño catering para los asistentes, los nervios se fueron apaciguando. Frente a todos y junto a mi querida amiga y presentadora Sandra Gómez Moreno y como no, mi editor Guillermo, antes mencionado, el evento arrancó de la forma habitual. Ellos se presentaban y me presentaban a mí y a mi primera locura, mientras yo observaba al público y me consumía de ganas por soltar todo lo que llevaba guardando durante cuatro años en mi corazón. Fue tal el despropósito, que se me olvidó mencionar a cargo de quien corría el prólogo, de mi querida mujer y desde aquí, quiero pedirle disculpas por ello y por haberme negado en un principio en ayudarle con su elaboración. No tengo perdón de Dios, la lié mucho. Pero eso sí, le ha quedado de categoría e íntimo, lleno de todo lo necesario para recordar como nació nuestra historia de amor por culpa de este libro.

ö

En cierto modo, doy gracias al tiempo por haberme concedido el honor de darme estos cuatro años para apuntalar mis nervios contra las paredes de mi corazón y dejar que todos mis sentimientos fluyan abiertamente delante del público como si llevara toda la vida en esto. Ya son varias tablas las que he colocado en mi alma para contar cosas sin el famoso miedo escénico. He presentado a otros y a mi mismo, porque yo soy así, lo hago todo al revés. Saco mi segunda novela en papel, antes que la primera.

La presentación fue, a mi modo humilde de ver: fresca, entrañable y llena de pequeños toques de humor con la ayuda de mi mujer, porque mi memoria desvaría y cuando empecé a contar un poco de la tercera novela que ya está acabada, ¡¡ZASCA!!, metí la pata. Ella me corrigió entre las risas de los presentes y entre eso, y mis locuras, fue una mañana muy bonita. Sobre todo entre la melodía de fondo de los niños concentrados en el evento y a mi pequeña princesa Naya, gateando por el suelo. Sin olvidar a mi princesa Nerea, la mayor, la confidente de todas mis locuras antes de plasmarlas en papel.

Después de mi interminable «Chapa» a los presentes, llegó el turno de las preguntas, algo que me encanta y que disfruto en demasía. Empezó Guillermo, luego Sandra y por último los más importantes, el público. Respondí sobre mis nuevos proyectos, mi confianza frente al público pasados los años, mis sensaciones durante la escritura de esta novela y sobre todo, su historia y al fin y al cabo, mi historia, pues como digo siempre: LLAMADA DE SANGRE es yo. Con un batiburrillo de mis sentimientos, frustraciones, sueños y sobre todo, mis experiencias tras un libro o frente a una pantalla de cine. Una novela que no deja indiferente y que cataloga mi estado mental de loco de atar.

La firma fue tan especial, que no tengo palabras. Dediqué libros a todo tipo de personas, incluso a tres niños maravillosos, los de mi compañero Iñigo. Cada firma distinta y sobre todo contando y tratando de llegar al corazón del lector y agradecer enormemente con ese gesto su apoyo y visita.

No os voy a engañar, me falló muchísima gente. Casi todos por razones de peso, los cuales se molestaron hasta pidiéndome disculpas por mensajes privados. Del resto, prefiero no hablar, ellos saben que por mi parte ya me cansé y todo mi apoyo se irá desvaneciendo con el mismo ímpetu que su interés y cariño por mí. Es triste ver y ser testigo de cosas así, pero yo me quedo con las personas que me acompañaron y me hicieron sentir el hombre más feliz del mundo.

Una vez finalizada la firma, el encuentro con todos fue tan bonito que se prolongó a la salida, tomando una copichuelas y charlando de todo un poco. Un día para recordar y para agradecer que no todo en la vida es malo a través de las redes. Ojalá los kilómetros, los madrugones y el dinero invertido en venir a verme y llevaros un ejemplar de LLAMADA DE SANGRE, os merezca la pena con su lectura. SOIS DEMASIADO GRANDES PARA MI CORAZÓN.

OS QUIERO.

Óscar Lamela Méndez

FOTOGRAFÍA: El público asistente.

Reseña de «Asomados al vacío» de Manuel Osuna

Cómo es mi web y hago lo que quiero, me voy a permitir el lujo de saltarme mi protocolo interno y le voy a dar prioridad a esta reseña, antes que a uno de mis ídolos, como ya sabéis. Así que señor Follet, espere sentado. Hay gente con mucho talento dando golpes poquito a poco tras la puerta del éxito y, para mí, una vez más, Manuel Osuna lo ha conseguido.

Hace ya unos años, reseñé en este mismo rincón, su libro de relatos «Laberintos» y pudisteis comprobar mi satisfacción tras su lectura. Pues debo decir que «Asomados al vacío», la nueva novela de este querido escritor fuenlabreño, no le hace ascos a sus predecesoras. Cómo os dije en la presentación que hizo hace unos meses en su ciudad natal, esta historia es la primera de su colección y la saca ahora con una maceración en el tiempo muy apropiada.

«Asomados al vacío» es muy peculiar, pues según dicta la gama de personajes que en ella salen, se podría catalogar como juvenil, pero conforme la vas devorando, debes de meterle un +18 , según los puritanos, pues su grado de sangre está lleno de pinceladas «Kingnianas» (permitirme la palabra inventada). Vamos con una pequeña sipnosis, sin destripar mucho la historia:

Años 80, un grupo de alumnos de la clase de 8º B de un colegio cualquiera, se van de excursión en un autobús a visitar un anfiteatro. Lo que iba a ser un viaje cultural y de desconexión de las tediosas clases, marcará un antes y un después en la vida de todos.

Todos hemos estado en una clase de ese tipo, aunque ahora sea la ESO. Aquí es donde juega un papel primordial, la marabunta de personajes que conforman esa clase y que le da a la novela esa frescura y agilidad necesaria para que me la haya bebido en doce días y a sorbos pequeños, para degustarla…aunque si hubiera tenido más tiempo, la habría devorado en poco menos de dos días. Es muy fácil de leer, Manuel maneja el lenguaje como nadie y le da a cada personaje su entonación y personalidad marcada.

El protagonista se llama Ángel y comienza la historia con una decisión crucial y que da título a esta historia, ya lo entenderéis. Por supuesto, están todos los clásicos de una clase del colegio: El chulo malote y su pandilla de secuaces, el gordo acomplejado, el religioso o puritano, la niña borde y guapa, el pelota y una sucesión infinita de personajes típicos de la fauna estudiantil, cuyas connotaciones humorísticas salpimentan el libro con mucha alegría y entretenimiento a raudales.

La trama principal y de la que no os puedo contar nada, pues os jodería el libro, está muy bien hilada y llena de bastante sentido, sin ningún «fleco» mal colocado. Las descripciones sangrientas son muy apetitosas, que queréis que os diga, soy un confesado sádico literario. Los que me habéis leído lo entenderéis y podréis dar un voto de confianza a esta novela. Me lo he pasado muy bien y eso es lo único importante cuando uno lee, no utilizar un libro para dormir y sentir que te has gastado el dinero en algo que ha merecido la pena.

Solo os daré un dato más, Manuel juega brillantemente con nosotros hasta la última frase del libro (a mí me dejó helado y la saboree como si fuera el mejor chocolate del mundo). Aposté por un final así, y de hecho, se lo dije a mi mujer: «Cómo sea lo que me imagino, este libro va a ser la po…» y sí, lo ha sido. Así que aquellos que no hayáis leído a Manuel o tan siquiera lo conozcáis, ya os estoy dando suficientes datos para no perder más el tiempo y haceros con un ejemplar de «Asomados al vacío».

Enhorabuena, querido amigo. Sigue así, porque estoy convencido de que en Fuenlabrada, tenemos a nuestro Stephen King español.

Mi nota es de un 8 sobre 10.

http://editorialcirculorojo.com/asomados-al-vacio/

http://http://editorialcirculorojo.com/laberintos/

http://https://www.facebook.com/manuel.osuna.7169?ref=br_rs

http://http://www.manuelosuna.es/

http://http://ravenswoodbooks.blogspot.com.es/2015/11/hollywood-boulevard-microrrelatos-de.html

Presentación de «Asomados al vacío» de Manuel Osuna

Después de una semana dura de trabajo y el día a día con Naya, es bueno un par de horas de desconexión y más si son alrededor de la literatura. Cabe decir, que si es en la presentación de un amigo al que no ves desde hace mucho, mejor que mejor. Manuel Osuna es de esos hombres que engañan con su aspecto de buena persona, pues detrás de su pluma, esconde un genio con mucho genio y con las dosis necesarias de sangre y humor… como a mi me gusta. Hace unos años, reseñé en esta web su primer libro «Laberintos», libro que os vuelvo a recomendar por sus divertidísimos relatos,tan originales como llenos de suspense. Pero hoy toca hablar de «Asomados al vacío», su tercer libro y una novela que pronto me beberé.

   

Aunque soy contrario a cualquier tema relacionado con la tauromaquia, os pido que me permitáis hacer un símil ideal para esta ocasión. Este pasado viernes, Manuel Osuna se lanzó al ruedo a pecho descubierto, el solo se enfrentó a su público y el solo nos explicó, sin destripar mucho (como debe ser) lo que nos vamos a encontrar en su novela. Habló de varios de sus personajes y nos situó la historia en los magníficos años ochenta, la juventud y niñez de alguno de los que me seguís.

Tras él, se posaba la portada de su novela, rodeada de varios de sus conocidos y magníficos montajes, de los que he sido «víctima» con mi novela también (gracias de nuevo por ellas, amigo). Artistas posando con su novela y destacando su ferviente amor por el cine, el cual, también destacó como guiños en su nueva historia. Apoyado por sus familiares y amigos, contó varias anécdotas del proceso creativo, entre ellas, la curiosidad de haberse encontrado por la calle a personas que eran idénticas a los personajes creados por su imaginación…..si a mi me pasará eso, saldría corriendo, os lo aseguro.

Afirmó confesar sus nervios previos, pero en mi humilde opinión, no se notaron para nada. Manuel ha nacido para esto y su talento lo demuestra con creces. Tras su presentación, vino la ronda de preguntas del público, en las que afirmó tener una idea para su siguiente libro, la confesión de que esta novela estaba escrita desde hacia mucho tiempo y la cambió un poco con respecto a la original y sobre todo, que vamos a disfrutar mucho de ella. Yo no lo dudo.

La firma de ejemplares cerró el acto y las fotos se sucedieron como es lógico. Todos querían tener un recuerdo del momento junto al este genial autor fuenlabreño. Yo, evidentemente, no iba a a ser menos y me llevé su agradecimiento (que para mí fue un placer asistir), una bonita de dedicatoria y la foto de rigor.

Te deseo mucha suerte, amigo y espero que muchos…..Se asomen al vacío.

Óscar Lamela Méndez

Fotografía: Óscar Lamela Méndez