Reseña de Hambre de Knut Hamsun y Martin Ernstsen
Hoy os traigo una novela gráfica muy particular. Hablamos de una de las mejores obras escandinavas y aclamada por la crítica de su país original, Noruega. Gracias a la adaptación de Martin Ernstsen y en este caso, con la traducción de Cristina Gómez-Baggethun, el equipo de Nórdica editorial nos trae un tomo en tapa dura con una edición cuidadísima y de una calidad y precio insuperables. Desde, aquí, como siempre, dar las gracias a los chicos de Nórdica por la oportunidad de dar mis impresiones sobre esta obra de Knut Hamsun.
No os voy a mentir, elegí esta obra porque me llamó poderosamente la atención la portada y los dibujos que se incluían en ella. Después de ello, investigué sobre la obra y como os he dicho hace un momento, descubrí que esta considerada una obra de gran calidad. Siendo franco, me he sentido…no incómodo, pero si un poco extraño al afrontar esta lectura sin leer la obra original de 1890. Es como si hubiera visto la película, sin leer el libro.
Las secuencias que marcan el ritmo de la historia y las viñetas más su composición, me han terminado de…no, no os voy a decir la maldita palabra. Me han atrapado y os puedo afirmar que a pesar de leerse en un suspiro, me ha dado tiempo de empatizar mucho con el protagonista de esta historia al que el autor, ni siquiera le dio nombre.
Nos situamos en Cristanía, como se le llamaba por aquella época a la actual Oslo. Un hombre, escritor y muy pobre, trata de sobrevivir a duras penas en una ciudad que no le da muchas oportunidades y donde colabora muy exporádicamente con un periódico con pequeños artículos. Yo, que soy un amante incondicional de la gastronomía en general, lo he pasado fatal con este hombre. A la suma de esa desesperada odisea diaria de llenar su vientre, se suma la inestabilidad emocional y mental por culpa de la escasez de un trabajo regular. Para colmo, se obsesiona con una mujer y las secuencia oníricas y alucinaciones provocadas por el hambre y el frío tras quedarse, si quiera, con un lugar en el que dormir, llevan a este hombre a lo más profundo de la mente humana y la oscuridad que en allí habita.
Es curioso como el humor hace acto de presencia en ciertos momentos histriónicos, en los que el dramatismo toma un papel secundario y hace que el viaje al que acompañas al protagonista, sea menos duro de lo que es en si. Te pones en su piel y yo creo que no duraría ni un par de horas en esa hambruna intensa.
Destacar el trabajazo de Martin Ernstsen para adaptar esta obra y trasmitirnos en imágenes y con un guion muy cuidado, cada uno de los aspectos psicológicos tratados por el autor noruego y que tanto marcó a si generación. El dibujo es muy sencillo, sin artificios y jugando con las tintas negras y los pocos colores que toca en las viñetas claves en las que el personaje se nos va por los cerros de Úbeda. El final para mí es un poco cortante y te deja pensando en que habrá la típica escena postcrédito que nos explique algo más. Sin embargo, funciona.
Sinceramente, no sé que nota darle a esta novela gráfica, pero si debo sumar el fondo de Hamsun, más el trabajo de Ernstsen, la guinda de Nórdica con su edición y la encomiable traducción de Cristina Gómez-Baggethun, podemos decir que llega a un buen notable.
Así que mi puntuación es de 7 sobre 10.